Riker Electric

Riker Electric: el coche eléctrico que ganaba carreras a los primeros gasolina

El modelo Riker Electric era un coche eléctrico de la fase primitiva de la automoción que ganaba en velocidad a los gasolina del momento.

En 1898 Andrew Riker llevaba casi 15 años sumergido en el desarrollo de vehículos de motor eléctrico. Era la época en la que empezaron a surgir los primeros automóviles, todo varillas y carrocería de madera.

En estos tiempos aún convivían varios tipos de motor : el eléctrico, el de gasolina y el de vapor. El último de ellos era una herencia del ferrocarril, de la primera revolución industrial. Pero esto no lo descartaba para la carrera por convertirse en la tecnología dominante. La gasolina era un combustible nuevo, del que apenas se estaban empezando a explorar sus posibilidades. Y la energía eléctrica ya había demostrado su eficiencia en usos domésticos e industriales.

Era el tiempo de los pioneros de la automoción. Cuando los inventores, al estilo decimonónico de probarlo todo y de todas las maneras, armaban vehículos imposibles que avanzaban entre resoplidos y convulsiones. Entre todos ellos destacó el Riker Electric , uno de los modelos de automóvil eléctrico antiguo más sofisticados.

Lo construyó la Riker Electric Motor Company y fue propiedad del propio Andrew, fundador de la compañía. Su aspecto recuerda más bien al de un coche de caballos. Pues en aquella época los automóviles eran simples alternativas a las berlinas que se usaban en las ciudades. El Riker Electric parece listo para que le amarren cuatro alazanes que tiren de él. Pero no son necesarios. Con una palanca el vehículo es capaz de impulsarse a una velocidad de 64 km/h.

El automóvil tenía capacidad para recorrer 80 kilómetros con su sistema de almacenamiento eléctrico. Toda una proeza para la época. También resultaba meritoria su velocidad punta, que le permitía ganar carreras incluso a los coches de gasolina.

Riker Electric

El Riker Electric de 1898, presto para subastarse en California, ganó varias carreras en los años siguientes a su fabricación. Tanto coches de gasolina como de vapor cayeron ante su repris. En algunas fotografías que amarillean se puede observar al propio Andrew conduciendo su vehículo ante unas gradas llenas de público.

Mirar atrás para ver más hacia delante

Hoy no nos suena tan extraño que un motor eléctrico sea capaz de vencer a uno de gasolina. El sector de la automoción ha vuelto la vista hacia los coches eléctricos como alternativa a los de combustión interna. Tanto es así que muchos países se han planteado prohibir estos últimos. El año 2040 parece haber logrado cierto consenso internacional en postularse como límite.

Sin embargo, el periodo actual guarda similitudes con aquellos tiempos heroicos donde todo estaba por probar. Aunque el motor eléctrico parece haber ganado los favores de la industria el sistema de almacenamiento no está definido aún. Cierto es que el ion-litio tiene ventaja para ser la tecnología dominante, pero algunas marcas exploran el hidrógeno. Una alternativa que, como toda alternativa, tiene pros y contras.

Curiosamente, durante las últimas décadas de su vida Andrew se dedicó a facilitar la transición del coche eléctrico al de gasolina en la industria automovilística estadounidense, donde el primero había encontrado un profundo arraigo.

Imágenes: Worldwide Auctioneers

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