Samsung Galaxy S8: sólo quedan dos

El Samsung Galaxy S8 vuelve a demostrar que en lo más alto de la telefonía móvil sólo quedan dos marcas que puedan dar grandes pasos adelante. La pelota está ahora en el tejado de Apple.

Le era smartphone ha atravesado en su corta vida varios momentos que han ido dando más capacidades y funciones aprovechables por el usuario en todos los sentidos. No ha habido grandes revoluciones, y cada cambio se ha banalizado entonando el «evolución, no revolución«, como algo peyorativo. Los Samsung Galaxy S8 y su hermano el S8+ son, por varios motivos, lo que más nos hemos acercado hasta el momento hacia la redefinición del smartphone, pero sin dejar de serlo. La pelota vuelve por tanto, al segundo actor intrínseco en el título, Apple.

El último gama alta de Samsung llega en dos modelos de distinto tamaño, con pantallas ligeramente curvadas (y con bordes redondeados en la interfaz) de 5.8″ y 6.2″. La novedad, además del incremento de tamaño respecto a los Galaxy S7 y de la recién estrenada proporción de pantalla 18.5:9, está en el aprovechamiento del frontal, que Samsung ha llamado Infinity Display. Ahora, la proporción de frontal utilizado por pantalla alcanza el 84%, hito conseguido gracias a la eliminación del botón físico de inicio, a mover el lector de huellas a la parte trasera y a comprimir todo el espacio empleado por sensores de cercanía, altavoz y cámara frontal. El resultado es un terminal que sigue la tendencia iniciada por el Xiaomi Mi Mix, pero de manera mucho más refinada. Observar comparativamente ahora mismo un diseño como el del S7 edge o incluso como el del recién presentado Huawei P10 los hace parecer anticuados.

Lejos de experimentos, un producto final que por poco más dinero que el LG G6, cuyo principal atractivo también es la extinción de los marcos, ofrece componentes de última generación en cada aspecto. El LG que tiene que conformarse con un Snapdragon 821 de 2016. El hecho de que Samsung emplee el Snapdragon 835 en ciertos mercados y el Exynos 8895 en el nuestro lo pone por delante en potencia gráfica, eficiencia y en soporte de futuro.

https://www.youtube.com/watch?v=D8Ert5yjMV4

Por lo demás, no destaca en exceso en hardware respecto a sus competidores: 4 GB de RAM y 64 GB internos, ampliables con tarjetas microSD. Las dudas vienen en cuanto a batería, según las cifras de la compañía surcoreana, la autonomía no mejorará respecto a sus predecesores. En cámara se mantiene todo prácticamente igual, y es que el gran avance fue el año pasado, en la transición del Galaxy S6 al Galaxy S7. Así, encontraremos una cámara trasera de 12 megapíxeles con apertura f1.7 y una frontal de 8 megapíxeles con apertura f1.7.

Más allá del hardware en sí, lo mejor del Samsung Galaxy S8 es que parece que Samsung va a apostarlo todo por la convergencia, es decir, por la capacidad de convertir el smartphone en un ordenador mediante Samsung DeX, un dock que, conectado a una pantalla, transforma la experiencia del móvil en una interfaz que recuerda a la de un ordenador de sobremesa y por tanto hace mucho más productiva la experiencia.

Es algo que no va a resultar difícil implementar al resto de marcas, pues los terminales son suficientemente potentes ya como para mover una experiencia así con fluidez. La gran duda sobre esto tiene que ver con el soporte real de las aplicaciones y cómo mejorarán con el tiempo, pues para tareas de trabajo, la calidad de las aplicaciones de escritorio sigue siendo mucho mejor. El hecho de que Samsung haya tirado la primera piedra (tras varios intentos fallidos de la industria) es probable que haga al resto de actores dar un paso adelante, aunque el éxito comercial puede ser cuestionable, pues el dock no se incluye en el paquete y tiene un coste de 150€.

Los precios serán de 809 euros para el S8 y 909 euros para el S8+, y podrán adquirirse a partir del próximo 28 de abril.

Sobre el autor

RELACIONADOS