SDN, virtualización en red

SDN (Software Defined Networking): cambiando de paradigma en la red

Recientemente os hablaba de SDN (Software Defined Networking) y hoy me gustaría profundizar un poco más en sus posibilidades. Hace ya mucho tiempo (no tanto en tiempo estricto, pero sí en términos de la evolución de las tecnologías de red: unos quince años), ocurrió en el entorno de las aplicaciones de red algo que se tradujo en uno de esos términos que quedan muy bien en textos y presentaciones: un cambio de paradigma (un «paradigm shift», que en inglés queda más gráfico), lo que representa no solo un cambio en las tecnologías que se aplican, sino una nueva manera de pensar en cómo se aplican.

El lenguaje Java no solo facilitó que un programa pudiera ejecutarse en diferentes plataformas sin necesidad de ningún cambio, sino que trajo la posibilidad de que esos programas fueran móviles, pudieran descargarse desde los servidores donde se encontraban los contenidos y proporcionar mayor interactividad a los usuarios. Y el cambio de paradigma se produjo.

Un movimiento similar parece estar ocurriendo ahora en lo que atañe a las infraestructuras de red. El modelo de red al que estamos acostumbrados,  sobre el que se han desplegado todos los servicios que se ofrecen sobre ella y, lo que es más importante, sobre el que se basan los nuevos servicios digitales en que pensamos, considera la red como un conjunto de elementos independientes, concectados entre sí y que transfieren datos de acuerdo con su estado interno. Pero, a pesar de que hablamos de «la red«, no hay manera de tratarla como un todo, sino que los que trabajan con ella deben saber de los elementos individuales, sus conexiones y sus estados particulares.

Las redes definidas por software (SDN: Software Defined Networking) ofrecen la posibilidad de llevar a cabo un control mucho más directo de su comportamiento y, lo que es más importante, suponen en sí un cambio de paradigma, al posibilitar la interacturación directa con la red como si fuera un todo. Cualquier elemento de una red (un conmutador, un router, un firewall…) puede considerarse compuesto de dos funciones básicas, a las que nos solemos referir como planos: el plano de control, que decide cómo se transfieren los datos (entre qué dos puertos de un conmutador, hacia qué enlace en un router, si se filtran o no en un firewall…) y el plano de datos, que se encarga de hacer efectivas estas transferencias. Cada elemento de red tiene una instancia de ambos planos: cada plano de control se comunica internamente con su correspondiente plano de datos, y es necesario que los elementos se coordinen entre sí comunicándose su estado.

En SDN, el plano de control y el de datos se desacoplan totalmente. El elemento del plano de control, el controlador (no se trata de buscar un nombre complicado) y los elementos del plano de datos, los conmutadores (de nuevo el nombre se corresponde con la función), son normalmente elementos separados, incluso físicamente, y se comunican por medio de un protocolo estándar.

Hemos hablado de un controlador y varios conmutadores porque esa es la manera normal de usar SDN: un solo controlador gobierna el comportamiento de los conmutadores en una red. De esta manera, el controlador central permite que toda la red sea vista como un solo elemento, dado que él define el comportamiento de la red como un todo. Esta característica abre un gran número de interesantes propiedades, desde los entornos cloud (donde SDN ha empezado a aplicarse) a mejoras en la seguridad o mejores oportunidades de monetización, que tenemos intención de discutir en una próxima entrada en el blog.

Hace ya mucho tiempo, cuando surgió Java, tuve una discusión con algunos compañeros acerca de si se trataba del típico hype que iba a desinflarse en unos pocos meses. Acabamos apostándonos una cena a que la tecnología seguía viva e influyente dos años después. Las gambas y el pargo de Casa Maera eran excelentes… ¿Alguien quiere jugarse otra cena?

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