La NASA y Stephen Hawking tienen un plan para llegar a Alpha Centauri en "sólo" 20 años, y todo depende de un minúsculo chip que se autorrepara.
A lo largo del año surgen muchas iniciativas espaciales de manos de la NASA y de otras agencias espaciales, públicas o privadas. Sin embargo, no todas pueden decir que cuentan con la participación y el apoyo de uno de los más brillantes físicos de la historia, Stephen Hawking. Es el caso del proyecto Breakthrough, con el que la agencia espacial estadounidense y el KAIST, el Instituto de Ciencia y Tecnología de Corea, quieren llegar a Alfa Centauri. Llegar con los medios actuales costaría 18.000 años, y con StarChip, la nano-nave que encabeza el proyecto, 20 años.
La clave de StarChip es que tiene, como su nombre indica, el tamaño de un chip de 20 nanómetros, con lo que la energía requerida para ser potenciada es ínfima en comparación a una nave tradicional. El problema que surge ante una solución así es que la alta radiación que presenta el trayecto mataría a los componentes de StarChip, por lo que han tenido que buscar una vía alternativa.
Aquí es donde, más allá de la brillantez del proyecto en sí, el equipo más ha destacado, ya que el chip tiene la capacidad de auto repararse. Con un calentamiento de 900 grados en un espacio muy corto de tiempo, el sistema es capaz de arreglar los desperfectos causados en procesador, memoria DRAM o almacenamiento, y sobrevivir a las circunstancias a las que se enfrentará en el espacio, o al menos eso afirman tras someter al dispositivo a un nivel de radiación similar.
El reto de la NASA pasa ahora por reducir el elevado coste que los sistemas de autorreparado suponen para los chips. Por ello, están investigando la manera de desarrollar un sistema de calentamiento integrado en los propios chips que sea compatible con los circuitos convencionales, de manera que se mantenga todo en un espacio pequeño sin necesidad de añadir complementos que supongan mayor dificultad a la operación.
Con todo, esperan poder comenzar la producción de StarChip en los primeros años de la próxima década, en la que las fábricas de chips podrán producirlos con litografía de 5 nanómetros, tamaños que ayudarán a integrar todos los componentes con mayor celeridad. En conclusión, estamos ante un caso muy prometedor, pero que aún tiene que esclarecer muchos aspectos como la propulsión o la resintencia a otros factores externos para ser totalmente creíble, incluso teniendo en cuenta las personalidades y organismos con cuyo apoyo cuenta.
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