Startups en Europa. Desmontando mitos

Europa no es Silicon Valley, pero la brecha con el paraíso emprendedor se reduce. No se trata de intentar copiar su receta del éxito, sino que las startups europeas deben aprovechar el potencial y las diferencias del Viejo Continente y romper con complejos y mitos.

Si te digo startups, casi seguro vendrá a tu mente Silicon Valley. Es el paraíso de la innovación, el Hollywood de los emprendedores, el nuevo El Dorado, la capital mundial de la tecnología. En California hace años que se está librando una nueva revolución industrial, la digital, y parece difícil que el Viejo Continente se pueda acercar a un fenómeno de tales características. Es cierto, Sillicon Valley nos lleva mucha ventaja, pero en Europa algo está cambiando.

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Como refleja el estudio realizado por la consultora Roland Berger, y que recoge el Centro de Innovación de BBVA en su publicación “Universo Startup”, la brecha entre Europa y Silicon Valley se está reduciendo. En los últimos 8 años, ha aumentado en un 400% el número de empresas de índole tecnológica en nuestro continente, las cuáles recaudaron, en el primer semestre de 2015, casi 7.000 millones de dólares. Un crecimiento del 86% con respecto al año anterior. Existen ya treinta startups tecnológicas europeas que valen más de 1.000 millones de dólares, son las llamadas “empresas unicornio”.

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No se trata de imitar lo que se hace en EEUU, sino más bien de entender la idiosincrasia de Europa, jugar nuestras propias cartas – como la experiencia industrial, la diversidad y la internacionalización-, quitarse complejos y derribar los mitos en torno a las startups europeas:

Mito 1. A los emprendedores no les atrae Europa

El estudio asegura lo contrario. De hecho, refleja que en Europa coexisten un gran número de ecosistemas, cada uno con sus características y mecanismos de crecimiento propios. El más llamativo es el de Londres, en el que destacan sus entornos urbanos y dinámicos, junto con el de Berlín, en lo más alto por su enorme fuerza creativa. También es importante París, donde tienen su base al menos 12.000 startups, de ingeniería la gran mayoría. Otras ciudades atractivas para los emprendedores son Amsterdam, Barcelona, Dublín, Copenhague o Helsinki.

Mito 2. Europa carece de capital

El acceso a la financiación o la ausencia de ella ha sido siempre uno de los grandes complejos competitivos para las startups europeas. Hasta la fecha, Europa sigue sin estar al nivel de EE.UU., pero, según el informe, la tendencia está cambiando gradualmente. De hecho, el número de compañías europeas que han conseguido el llamado «capital semilla» se ha elevado en un 600% desde 2009. Además, desde el punto de vista estructural, es más barato poner en marcha una compañía, pues muchos de los costes técnicos o de infraestructura han disminuido gracias a la nube, que brinda un software abierto y gratuito.

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Mito 3. Los talentos rehúyen Europa

Como se explica en el estudio, esto es completamente falso. Si es verdad que, inicialmente, las trabas impuestas en Europa eran mayores que en otros lugares, como pudiera ser la India (sobre todo por el lenguaje y ciertas restricciones laborales). Sin embargo, poco a poco estos obstáculos son menores y, además, la crisis ha creado la necesidad urgente de un cambio en el modelo económico y ha hecho ver a la población que trabajar en una gran firma no es sinónimo de seguridad. En resumen, hay vida más allá de los gigantes tecnológicos y las pequeñas empresas son alternativas reales. La crisis ha hecho que el ecosistema startup haya madurado rápidamente, ofreciendo nuevas oportunidades para los jóvenes talentos, y Europa está fortaleciendo la estructura de su valorado ecosistema, comenzando por facilitar la movilidad de sus trabajadores.

Mito 4. El ambiente los negocios en Europa no es amigable para las startups

Este punto era cierto hasta hace muy poco. El informe recalca que en Europa no hay un mercado único y se está trabajando para mejorar la infraestructura digital de cada mercado, de manera independiente. La penetración de los hubs o puntos de encuentro de emprendedores es buena, y el buen posicionamiento offline hace que Europa tenga una serie de ventajas en diversos campos, sobre todo los más técnicos, como la automoción o la ingeniería.

Un elemento clave del ecosistema startup son las aceleradoras e incubadoras como Wayra, de Telefónica, que en España brinda recursos, tutorías, orientación y networking a los emprendedores.

Rotos los cuatro mitos que persiguen a las startups europeas, el Viejo Continente debe aprovechar su liderazgo político, valores y experiencia tradicional para seguir impulsando la transformación digital en 2016.

¿Y qué pasa con los salarios?

En Silicon Valley, el salario medio de los trabajadores de empresas digitales está entre los 195.000 y los 291.000 dólares. En Europa estamos todavía en los 127.000 dólares. He aquí una gran diferencia aún visible.

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