Un haz de radiación del tamaño de nuestra galaxia

Hace tan solo unos días, los científicos de Cambridge han descubierto un haz de radiación del tamaño de nuestra galaxia que viaja a la velocidad de la luz, emitido por un agujero negro supermasivo. La buena noticia es que se encuentra a 500 millones de años luz de nuestro planeta.

Un agujero negro es un fenómeno espacial en el que existe tal concentración de masa lo suficientemente alta como para generar un campo gravitatorio propio del que ninguna partícula material puede escapar. En los años 70, Stephen Hawking conjeturó que estos cuerpos también podían emitir radiación. El caso que nos ocupa demuestra la veracidad de la teoría del astrofísico.

El telescopio espacial Chandra utiliza rayos X para observar cualquier anomalía en nuestra galaxia. Los científicos de Cambridge, en Masachussets, que analizan periódicamente los datos que este les proporciona, recientemente han descubierto un hecho sin precedentes.

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Como la mayoría de las galaxias que componen el universo, en Pictor A, situada a más de 500 millones de años luz de la Tierra, existe un agujero negro supermasivo, que conforma su centro. Estos fenómenos espaciales cuentan con lo que se denomína como ‘horizonte de sucesos’, el punto en el cual la energía gravitatoria del agujero negro ya no atrae la materia. Toda la energía que cruza este umbral produce un colosal rayo, que en este caso se estima que cuenta con un diámetro de unas tres veces nuestra galaxia, la Vía Láctea.

Un haz de Rayos X supermasivos

Es imposible no hacer referencia a la saga de películas Star Wars para explicar en cierta medida el poder y la peligrosidad que representa este fenómeno espacial. De hecho, hasta los propios expertos utilizan esta referencia. Y es que, como sucede a menudo, la realidad supera a la ficción. En este caso, las letales armas de la superestación espacial parecerían insignificantes al lado del rayo que nos ocupa.

Para obtener datos más precisos sobre el fenómeno, se han cruzado los datos obtenidos a través del Observatorio Chandra (rayos X) en rojo, con los del Australia Telescope Compact Array (ondas de radio) en azul. La información obtenida precisa que el chorro de energía de Pictor A emite radiación X a una distancia de 300.000 años luz. El proceso de radiación, tal y como comentan los propios investigadores, se basa en que los electrones giran alrededor de las líneas de campo magnético, un proceso denominado como radiación de sincrotrón.

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Por suerte, parece que además de la gran cantidad de kilómetros que median entre el haz de radiación y nuestro planeta, este sigue un rumbo en el cual en ningún momento se cruzaría con la Vía Láctea. ¿Cuál será el destino de este agujero negro?

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