En plena Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, existe una pequeña startup que investiga el potencial de las microalgas para producir biocombustibles.
Escondida entre el ruido de motores y el vaivén de maletas y viajeros, una pionera planta experimental investiga el futuro de los biocombustibles en la Terminal 4 del aeropuerto Barajas-Adolfo Suárez. El laboratorio, propiedad de la startup AlgaEnergy, es una muestra del potencial de la investigación biotecnológica que realiza España.
La compañía fue creada en 2007. Por aquellas fechas, sólo existían sesenta empresas en el mundo relacionadas con las microalgas. Hoy son más de tres mil. Este crecimiento exponencial se apoya en unos seres vivos, invisibles para el ojo humano, con propiedades y aplicaciones muy interesantes, no sólo para el sector de la energía, sino para áreas como la alimentación, la industria farmacéutica o la agricultura.
Las microalgas son en realidad organismos unicelulares fotosintéticos. En otras palabras, son capaces de aprovechar la luz solar y el dióxido de carbono para generar complejas biomoléculas, con un gran interés industrial. Estos seres vivos pueden fabricar compuestos como lípidos (incluyendo ácidos grasos y triglicéridos), carbohidratos o proteínas. La bioconversión de estos productos nos permite obtener alcoholes, metano, ácidos orgánicos o hidrógeno.
El interés que han despertado las microalgas no se reduce únicamente a su potencial industrial. Y es que la biodiversidad de estos organismos vivos es espectacular, ya que algunos estudios estiman que existen más de 10 millones de especies de microalgas. Algunos de estos ejemplares, como Anabaena o Spirulina, son ahora investigados en las instalaciones que AlgaEnergy posee en Barajas.
Allí la compañía trabaja en el desarrollo de biofertilizantes, producidos a partir de las microalgas, que sirven como estimulantes del crecimiento de cultivos agrícolas, al contener aminoácidos, fitohormonas o antioxidantes. Estos organismos vivos también sirven en nutrición humana y animal, ya que AlgaEnergy trabaja en la producción de condimentos y aditivos a partir de las microalgas.
A pesar de que los biocombustibles son los productos más famosos de estos seres vivos, lo cierto es que las industrias de la cosmética o la acuicultura también se benefician de estos organismos invisibles. Y es que las microalgas pueden ser una herramienta muy útil para satisfacer las demandas de alimentación y los retos energéticos que la sociedad tiene ante sí en pleno siglo XXI.
En el aeropuerto de Barajas se esconden unas de las líneas de investigación más importantes y pioneras en biotecnología verde. Según los impulsores de esta startup, apoyada por Iberia y AENA, los primeros biocombustibles a partir de las microalgas podrían llegar en 2017. Las aplicaciones de estos seres vivos en otros sectores garantizan, además, el potencial industrial de estos organismos imperceptibles al ojo humano, pero que podrían llegar a cambiar nuestra vida.
Imágenes | AlgaEnergy
