Hablar en público: aprendiendo de Steve Jobs

Una de las mejores formas de aprender es fijarse en cómo lo han hecho los mejores, y las keynotes de Apple son un evento seguido por millones de personas. Para algunos, las presentaciones de la compañía tienen la misma relevancia que una Super Bowl o un partido de la Selección. Palomitas y refrescos incluidos. Pero este fervor por una comunicación oficial tiene detrás un montón de horas de estudio de los mensajes y la forma en la que van a comunicarse en el auditorio, la sala o la reunión. Los puntos de impacto y la llaneza de Steve Jobs formaban un combo explosivo a la hora de hablar en público. Estas son algunas de las claves de sus discursos.

  1. Un tipo corriente.Jersey negro, vaqueros, zapatillas blancas. La naturalidad y la cercanía de Steve Jobs lo convirtieron en un retrato del jefe relajado con el que da gusto entablar conversación. Desarrollar una relación con el público implica dejar de lado términos complicados y mostrar de forma clara una idea, sin adornos. Algo muy curioso del cofundador de Apple es que siempre empezaba sus discursos con un sencillo “gracias por venir”.
  2. Una buena marca detrás.Es cierto que Jobs contaba con la gran manzana como logo visible, pero Apple Computer Company no era nada en los años 70. Todo emprendedor tiene un comienzo, y lo importante es no tirar la toalla en el viaje: si el producto es bueno y crees en él, que lleguen la notoriedad y las buenas noticias es cuestión de tiempo. Diez años después de su inauguración, Apple ya contaba con 4.000 empleados. Al principio, no tendrás esa «presencia» que otorga una marca prestigiosa, pero hay formas de construirla poco a poco: cuidando tu identidad corporativa, tu expresión corporal, el contenido de tu mensaje…
  3. Entusiasmo.La pasión con la que cuentas las cosas contagiará a los receptores del mensaje. Steve Jobs usaba muchas “palabras de poder”, que tienen un efecto en nuestros cerebros y generan vibraciones positivas en la audiencia. Algunos ejemplos pueden ser “capacidad”, “poder”, “fácil” o “increíble”. Todas tienen algo en común: son palabras positivas que invitan a la acción y a la motivación.
  4. El significado de los números.Si vas a ofrecer datos, deja claro qué es lo que significan esos números más allá de ofrecer un puñado de porcentajes. Hay que detenerse en las cifras y darles un significado. Jobs lo hacía de una forma muy impactante a través de montajes e infografías sencillas. Además, recuerda que hacer comparaciones simplifica y acerca el mensaje.
  5. Hazlo visual.Jobs podía permitirse no usar slides de apoyo en sus discursos porque había generado expectativas a través de la repetición de estructuras conocidas por todos, pero un buen soporte visual que concentre el discurso puede ser un gran arma. Es muy importante que este apoyo visual no desvíe la atención de la audiencia: las diapositivas llenas de texto son siempre una mala opción, porque obligarán al receptor a leerlas sin escucharte. La clave de Jobs eran los ejemplos con cosas cotidianas que complementaran las imágenes. And one more thing…
  6. El factor sorpresa.Puede ser un recurso muy interesante a la hora de comunicar un proyecto o un producto. El CEO de Apple se caracterizaba por dejar para el final de sus charlas la novedad más potente. A la hora de hablar en público, siempre hay dos momentos fundamentales que pueden marcar la diferencia: la apertura y el cierre. Un buen inicio garantiza la atención de tu público, y una buena clausura hará la charla memorable.

Este post se ha publicado inicialmente en el blog de la iniciativa de Telefónica Think Big Jóvenes

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