Las nuevas tecnologías son una herramienta imprescindible para motivar el aprendizaje de los alumnos en todos los niveles educativos.
En cuanto la profesora pronunciaba mi nombre para que saliera a la pizarra, la cara me cambiaba, me comenzaban a temblar las piernas y mi mente comenzaba a trazar el plan para escaparme de salir al encerado. El plan consistía en mantenerme en mi sitio y hacer como que no escuchaba, con la esperanza de que se cansara de llamarme y sacara a otro compañero. Después alargaba un poco más esa agonía y preguntaba con cara de sorpresa ¿yo? La contestación de la profesora solía ser: “Sí tú, no me hagas perder más el tiempo”. Entonces miraba a mis compañeros a modo de despedida: “Compañeros, os quiero” Y me dirigía hacia la pizarra. Cada pequeño paso que daba entre pupitre y pupitre era una pequeña agonía, el corazón me iba a doscientos por minuto. Una vez que llegaba al encerado, la verdad, no sé muy bien que me ocurría en el cuerpo, en el cuaderno los ejercicios se borraban, la voz de la profesora sonaba demasiado alta, y mi cabeza sufría un pequeño corto circuito. El siguiente paso era volver de nuevo al pupitre, evitando la mirada de mis compañeros y sentir aún más ridículo. La experiencia de este mini relato que acabo de contaros la habréis vivido muchos. Y es que, mi generación y las anteriores a la mía aprendimos a través del método de enseñanza unidireccional: el profesor trasmitía su conocimiento, mientras los alumnos ejercitábamos nuestra memoria. No estábamos acostumbrados a trabajar en grupo, no desarrollábamos habilidades sociales ni comunicativas, y nuestra creatividad quedaba en un segundo plano. Pero ahora esas personas que estuvieron sentadas en sus pupitres individuales llegan al mercado laboral y se encuentran con la exigencia de una serie de competencias que en su día no aprendieron y, por lo tanto, no adquirieron.
El mundo está cambiando y la educación también.
El mundo digital está transformando la sociedad en la que vivimos, y es precisamente en el ámbito de la educación donde el impacto de la tecnología es mayor. Por ello necesitamos preparar a los jóvenes para empleos que aún no existen; para que sepan reciclarse y puedan cambiar de un trabajo a otro; para aprender a manejar tecnologías que se estén inventando; y para tener la capacidad de relacionarse con personas de diferentes culturas y valores.Según el informe “Educación Digital. Potenciando las competencias digitales y las habilidades del Siglo XXI”, publicado por Telefónica en enero de 2016, debemos comenzar a marcarnos una serie de objetivos prioritarios: la organización de nuestros centros educativos, el trabajo en los distintos ciclos, y las competencias que deberían adquirir docentes y alumnos. Mantener una enseñanza basada únicamente en la transmisión de información no es una educación para el siglo XXI. Por supuesto, debemos mantener los cimientos del aprendizaje, pero las nuevas generaciones deben utilizar modos diferentes de trabajo en el aula, ser capaces de extraer conocimientos relevantes de la información que nos rodea, aprender de manera colaborativa, y desarrollar competencias y nuevas habilidades. Y es que, el aprendizaje no acaba en la última unidad del libro; sino que es algo que nunca termina. La educación digital tiene que estar respaldada a través de una red colaborativa en la que el alumno es el centro de todo, y a partir de él gravitan el centro educativo, los padres o tutores, docentes, actores privados y la Administración Pública, entre otros. Todo ello apoyado en métodos pedagógicos que fomenten la creatividad, la iniciativa, la participación y la colaboración.
A veces un lápiz y un papel no son suficientes para expresar las ideas
Comencemos por las aulas creativas. Son aquellas que son capaces de adaptarse a los nuevos tiempos. La tecnología puede respaldar el trabajo colaborativo de los estudiantes y ayudar a desarrollar sus competencias. Lo que se pretende es que se combinen las tecnologías con los nuevos métodos de aprendizaje .Mediante la presentación, el profesor expone el tema en el que los alumnos van a tener que trabajar. A través de la investigación, los estudiantes tendrán que buscar información sobre la materia en cuestión. Y mediante la creación, expondrán sus ideas para aprender mejor la materia. El intercambio insta a la clase a poder consultar y encontrar un apoyo o asistencia en las disciplinas que se están dando. Con el desarrollo se planifican los temas y se diseñan acciones para la clase. Y a través de la interacción, los estudiantes debaten, analizan los temas en grupo y dialogan sobre la materia. Esto va a permitir que se impliquen en una labor más colaborativa. El objetivo es que se siga respaldando el proceso con las nuevas tecnologías.
Un nuevo territorio lleno de oportunidades
Los profesores tienen un papel fundamental en el proceso de innovación, pues sin ellos sería imposible la combinación de las TIC con los alumnos. La forma de enseñar de los docentes cambia en el momento en que tienen que desarrollar sus actividades dentro de un entorno virtual. Lo primero que debemos poner sobre la mesa es la necesidad de que los profesores tengan los conocimientos requeridos para poder integrar la tecnología en su enseñanza. Esto supone que los profesores tienen que estar en continua formación para proporcionarles una confianza adicional. Lo segundo es que estos docentes deben responsabilizarse del proceso global de enseñanza y aprendizaje, ya sea dentro de las aulas o desde otros lugares más flexibles, como, por ejemplo, las aulas virtuales. Para ello es necesario que el profesor participe de forma activa en el proceso de diseño y elaboración de los materiales de aprendizaje y en la distribución de los mismos, así como en su actualización y mejora de los materiales.
Potenciar las competencias digitales
Uso de las TIC: es el primer paso que deberíamos dar para crear un espacio en el que los alumnos puedan desarrollar sus habilidades y competencias para aprender a utilizar las nuevas tecnologías. El segundo paso sería potenciar los dispositivos, es decir, que formara parte del aprendizaje del estudiante el hecho de tener, por ejemplo, una tablet encima de la mesa.
Producción TIC: es el momento de implantar las TIC en todas las etapas de laeducación de los alumnos, y por ello de integrar los e-skills en el curriculum escolar.
El alumno, el protagonista
La mayoría de los estudiantes hoy en día tienen habilidades en el manejo de las TIC, que han ido desarrollando por medio del uso cotidiano de estas herramientas. Utilizan Internet para todo y, por supuesto, para sus tareas escolares. La generación de los millennials es multitarea. Sus integrantes están acostumbrados a comunicarse a través de mensajes de texto y a usar las redes sociales para informarse de lo que está ocurriendo a su alrededor. Esta circunstancia implica otro cambio importante: que el profesor y el libro ya no son el único medio por el que los jóvenes reciben conocimientos. Ellos son los protagonistas de su educación y por tanto existe una mayor libertad a la hora de educarles porque existen muchas más fuentes de información. Y esta debe estar enfocada a un aprendizaje a lo largo de toda la vida. El centro educativo tiene que preparar a sus alumnos no solo para acceder a las informaciones, sino también para saber crear conocimientos basados en las mismas.
Las TICs abren sin duda nuevas posibilidades de innovación y mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Y es algo que la comunidad educativa debe saber aprovechar y generar nuevas experiencias para conseguir obtener un mejor rendimiento y una mayor atención del alumno. En definitiva, las nuevas tecnologías están aportando elementos de flexibilización en los espacios educativos que ofrecen nuevos mecanismos didácticos y de aprendizaje.