Un equipo de investigadores emplea grafeno en el desarrollo de hormigón para descubrir que es más fuerte y más ecológico.
Hablar de hormigón en el sector de la construcción es sinónimo de industrialización. Este material ha permitido construir más rápido, masivamente y de forma más sólida. Además, es barato en comparación con otros materiales de la misma solidez. Esto ha hecho que gran parte de los edificios de viviendas del siglo XX se construyeran con hormigón.
Sin embargo, el rey de la edificación tiene algunos inconvenientes. Entre ellos está la cantidad de emisiones de CO2 que se lanzan a la atmósfera para crearlo. Con las perspectivas poblacionales a medio y largo plazo será necesario construir más viviendas en muchas partes del mundo. Lo que derivará en más contaminación.
No solo se necesitan formas de agilizar la construcción, como la impresión 3D, sino que también hay que controlar la contaminación. Y en esta línea se enfoca el trabajo de un equipo de investigadores de la Universidad de Exeter, en Reino Unido. Mediante el uso del grafeno, en el proceso de producción del hormigón han logrado que este sea más ecológico.
La creación de este hormigón ecológico parte de la mezcla de grafeno con agua. Esta solución acuosa, con partículas de grafeno en suspensión, es la que se junta con los ingredientes tradicionales. Se añade cemento y otros agregados como tierra. Con esto se consiguen varios logros.
En primer lugar, el hormigón ecológico es más resistente, con lo que las estructuras aguantan más. Es decir, no hay que producir nuevo hormigón para reparar al ya dañado. Esto rebaja la cantidad de material fabricado y, por tanto, la contaminación que emite este proceso. Pero además la introducción del grafeno tiene unos efectos beneficiosos en la composición del material. Y es que, no necesita tantas cantidades de cemento y otros ingredientes aglomerantes. Los investigadores afirman que estos ingredientes se pueden reducir hasta en un 50%.
Las estimaciones de los científicos responsables del trabajo apuntan que las emisiones de CO2 disminuirán en 446 Kg por tonelada. Se trata de una cifra prometedora. Para ahuyentar reticencias, cabe reseñar que el hormigón ecológico no es caro y es compatible con un proceso de fabricación a gran escala.
Como añadido, aunque algunos pensarán que precisamente esto es su principal atractivo, su mayor duración proviene de que ofrece un esfuerzo de compresión hasta un 146% mayor. Tiene también un 79,5% más de capacidad de resistencia flexional y es un 400% menos permeable al agua. Todo esto contribuye a aumentar su duración en estructuras construidas.
Imágenes: waldopepper, Universidad de Exeter
