La proliferación del plástico marino afecta a una bacteria que se encuentra en los océanos, y que produce el 10% del oxígeno de la atmósfera.
No hacen falta nuevos motivos para inquietarse por la contaminación del plástico marino. Basta con echar un vistazo a las imágenes de algunas islas o algunas zonas de costa donde sedimentan envases y objetos de todo tipo. Y hay que pensar que a tierra llega solo una parte de lo que ensucia los océanos.
Pero no dejan de surgir nuevos motivos por los que luchar contra esta lacra medioambiental. Un estudio publicado en la revista Communications Biology ha descubierto que el plástico marino afecta a una bacteria muy preciada para los seres vivos que pueblan el reino animal y vegetal. Se trata de la cianobacteria prochlorococcus, que es la productora de oxígeno más abundante en los océanos.
Los investigadores han comprobado que la capacidad de esta bacteria para crecer, hacer la fotosíntesis y, por tanto, producir oxígeno se ve mermada por los compuestos químicos que se desprenden del plástico que inunda los océanos.
Por lo general se han estudiado los efectos de la contaminación por plástico marino en otros seres vivos. Se sabe que los compuestos químicos que se liberan y los propios objetos plásticos son perjudiciales por múltiples razones, para la fauna y flora marinas. Pero no se había prestado demasiada atención a los microorganismos que pueblan los mares.
La contaminación afecta a todas las escalas
La bacteria prochlorococcus es el ejemplo de que el plástico marino tiene implicaciones más allá de lo que capta una imagen. Este microorganismo abunda en los océanos y es el responsable del 10% del oxígeno que respiramos. Es una cantidad muy alta de este gas la que lanza a la atmósfera. De ahí su importancia.
Los científicos apuntan que esta bacteria también es clave en el ciclo del carbono en su entorno. Son tareas que se pueden ver mermadas por la proliferación del plástico en los mares.
El estudio se llevó a cabo en laboratorio. Se tomó una muestra de prochlorococcus y se la sometió a los compuestos químicos que liberan productos de plástico comunes. Se comprobó que las bacterias se veían incapacitadas, en su crecimiento y en su función.
Queda mucho por descubrir sobre la contaminación por plástico en los mares. Pero lo que sobre todo queda por descubrir son soluciones que frenen la contaminación oceánica.
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