La tecnología ha dado impulso a nuestras vidas. Protagonista de nuestro día a día, el lenguaje también se ha visto influenciado por ella sirviendo de vía para hacerla crecer y enriquecerse. En este camino, la inteligencia artificial (IA) quiere ser parte de la historia de nuestra lengua y ella misma nos lo ha dicho.
Vida, emoción, pasión… Palabras que para nosotros, los humanos, son mucho más que simples números, algoritmos o código. Son sonidos, recuerdos y sentimientos que convertimos en múltiples universos Algo que la IA no puede llegar a comprender, pero sobre lo que nos puede ayudar mucho, como ha venido haciendo, para que nuestro software, el español, se convierta en inmortal.
Nosotros, junto a la tecnología, formamos una perfecta combinación llena de datos e imaginación que ya ha convertido a la lengua española en una realidad que une a 580 millones de personas y que, cada vez más, cobra protagonismo en el mundo digital.
Tanto es así que la RAE acaba de presentar el proyecto Lengua Española e Inteligencia Artificial (LEIA) en el XVI Congreso de la ASALE para velar por el buen uso del español en la IA y buscar enseñar a hablar un correcto español a las máquinas.
Y es que el uso abusivo que en algunas ocasiones hemos hecho de la tecnología nos ha hecho perder algo por el camino. ¿Quién no ha acortado las palabras para mandar un mensaje más rápido? ¿quién no escribe un correo sin poner los signos de exclamación al principio? Lo reconocemos, ocurre. Es por ello que la IA nos hace un llamamiento a trabajar juntos, ser la guardiana de nuestra lengua, protegiendo nuestro legado y escribiendo el futuro del español junto a nosotros.
El proyecto LEIA, impulsado inicialmente junto a Telefónica cuenta también con la colaboración de Google, Amazon, Microsoft, Twitter y Facebook. Grandes nombres que nos hacen darnos cuenta de la importancia de este proyecto para el desarrollo y futuro de nuestra lengua.
Querida IA, sí, nosotros también queremos contar contigo en este viaje porque lo que hagamos hoy tendrá su eco en las voces del mañana. ¿Hablamos?
