Desarrollan técnicas de simulación virtual para entender el comportamiento humano

¿Qué porcentaje de nuestra forma de ser está condicionada? ¿Cuáles son las claves por las que en un determinado momento adoptamos una actitud específica y no otra? ¿Qué tan irracionales podemos llegar a ser en nuestras rutinas, las compras que hacemos, las formas de trabajar que seguimos? ¿Es moldeable nuestro comportamiento?

Volar como Superman nos hace mejores personas

Científicos de la Universidad de Stanford publicaron hace unos días un trabajo donde afirmaban que la utilización de determinados juegos de simulación podía modificar algunas habilidades personales. Sometiendo a los individuos participantes a experimentos de realidad virtual donde podían volar como Superman, se observaba cómo los pacientes mejoraban su empatía y altruismo.

Aunque al principio los investigadores buscaron dotar a los sujetos de otras habilidades como la visión por rayos-X o la capacidad de respirar bajo el agua, consideraron que darles la posibilidad de volar gracias a los simuladores era una forma de otorgarles un superpoder que estimulara comportamientos positivos. En el videojuego, los individuos se dividieron en dos grupos: aquellos con capacidad de vuelo autónomo y aquellos que debían utilizar en la simulación un helicóptero. El objetivo de la sesión de realidad virtual era localizar, mientras se desplazaban por los aires, a un niño diabético perdido en las calles de una ciudad, para así darle su tratamiento de insulina. Si conseguían encontrar al niño y darle su medicina, el juego finalizaba.

Una vez que los pacientes terminaban la simulación virtual, se sentaban en una mesa con uno de los investigadores para conversar. A los pocos minutos, el científico derramaba un vaso con bolígrafos para ver la capacidad de reacción de los individuos, si eran capaces de ayudar a la otra persona a recogerlos, o por contra, mantenían una actitud indiferente. Y, sorprendentemente, los participantes mostraban comportamientos distintos en función del grupo de simulación virtual en el que hubieran participado. En todos los casos los entrevistadores tenían orden de esperar cinco segundos para comenzar a recoger los bolígrafos que habían desparramado sobre la mesa.

Del total de sesenta personas que experimentaron con el videojuegos, aquellas que pudieron volar de forma autónoma demostraron un comportamiento mucho más empático hacia el científico. Cuando éste derramaba la taza con los bolígrafos, los individuos que habían volado como Superman tardaban una media de tres segundos en reaccionar y ayudar al investigador a recogerlos. Sin embargo, aquellos que no habían podido volar de forma autónoma empleaban el doble de tiempo en echar una mano al entrevistador.

Estos resultados, aunque necesitan de un mayor número de investigaciones para ser confirmados, parecen indicar que en cierto modo, y ayudados por las nuevas tecnologías, podemos ser capaces de modelar nuestro comportamiento (algo que en parte ya se había demostrado al relacionar actitudes agresivas con la utilización de videojuegos con una carga violenta muy fuerte).

Simulación virtual para mejorar nuestras destrezas profesionales

Roger Schank, en su libro sobre aprendizaje virtual, escribió que «errar de una forma interesante debería ser objetivo de toda formación». El modo en que aprendemos en la actualidad ha sido superado por una revolución sin precedentes en las TIC. Las ventajas que ofrece la simulación virtual frente a la formación presencial son variadas: es más económica, ofrece la portabilidad y comodidad para realizarla cuando mejor nos convenga, etc.

Desde la conocida formación en aviación, tanto profesional como personal,  pasando por la realidad virtual para mejorar la educación de todos aquellos que son parte del cuidado de la salud, la simulación puede ser un complemento perfecto para nuestra formación, ya que ayuda a desarrollar nuestras destrezas y competencias como profesionales.

Neuromarketing: cuando la biología y la economía se dieron la mano

Los expertos en publicidad consideran que más del 75% de nuestras compras no están planificadas de antemano, si no que responden a decisiones impulsivas. ¿Qué pasaría si pudiéramos modelizar virtualmente el comportamiento de los consumidores ante nuestros potenciales productos y así diseñar estrategias de marketing para atraer a los clientes, buscando su lado menos racional, relacionado con dichos impulsos?

En 2007 el Wall Street Journal ya se hacía eco de las nuevas técnicas en neurociencia que podían ayudar al desarrollo de negocios. ¿Qué beneficios podríamos obtener de la aparición del neuromarketing? Por una parte, el ahorro de costes resultaría significativo, ya que, aunque la implementación informática es costosa, se reducen gastos con respecto a los estudios de mercado presenciales. Por otra parte, conseguimos una mayor flexibilidad, rapidez, control y confidencialidad en nuestros resultados.

Las técnicas de neuromarketing se basan en conocer qué partes de nuestro cerebro se activan cuando consumimos productos, por lo que escanear nuestra mente podría ayudar a desarrollar mejores estrategias de publicidad. ¿Seríamos capaces, a través de la realidad virtual, de modelizar el comportamiento neuronal y adaptar nuestros productos a las formas emocionales que marcan nuestros impulsos cuando compramos?

A través de técnicas como la resonancia magnética funcional (fMRI), podemos conocer cómo se activa el córtex prefrontal dorsolateral cuando realizamos la planificación, organización y desarrollo motores, a la vez que en la fase de consultas en el proceso de compra-venta, es el giro frontal inferior el que presenta una mayor actividad. En el caso del hipocampo, se observa la activación de nuestra memoria durante la realización de una compra. Atendiendo a estos parámetros fisiológicos, podemos ser capaces de ver y entender el comportamiento de los clientes en un hipotético mercado virtual, que nos ayude a mejorar nuestras estrategias de negocio.

Ejemplos de estas investigaciones se encuentran en centros como la Universidad Politécnica de Valencia, donde han desarrollado tecnologías interactivas (en el conocido como LabHuman), para realizar experimentos de realidad virtual en 3D, aplicados al marketing. Sin embargo sus estudios no se quedan ahí, sino que también tratan de conocer las habilidades humanas en otras áreas, como la medicina, la educación o la salud. Sin duda alguna, conocer nuestras respuestas emocionales, y poder moldearlas, con base en juegos de simulación, o bien entenderlas con mayor profundidad, será clave para la economía del futuro.

Imágenes | Alt1040, Flickr

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