Kamran Omarli, violinista, no tiene claro si él eligió el violín o el violín lo eligió a él. La historia de este joven músico nos demuestra que, en ocasiones, todo depende de conectar con las personas adecuadas y luchar por lo que crees para lograr nuestros sueños.
Omarli nació en una familia de músicos en Xaçmaz (Azerbaiyán). A los siete años sus padres lo apuntaron a un conservatorio, una decisión que definiría el resto de su vida. Hasta aquí, quizás, todo sea una historia normal, sin embargo, en su camino se cruzaron grandes personajes del mundo de la música que lo guiaron a lograr su sueño.
En 2012, con tan solo 18 años, cruzó Europa de punta a punta hasta llegar a Madrid y comenzar sus estudios en la Escuela Superior de Música Reina Sofía, en la Cátedra de Violín Telefónica con el profesor Zakhar Bron. Gracias a esta oportunidad, Omarli, es considerado un virtuoso violinista con tan solo 26 años y con un futuro prometedor por delante.
Su historia nos recuerda que la música nos une y que no entiende de lengua, género, cultura, etc. Hay que vivirla y sentirla, porque cuando entiendes cómo ven el mundo las personas, «esa conexión enriquece la forma de tocar».
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