Para poder hablar de comunicaciones accesibles primero es necesario saber a qué hace referencia en concreto este término, para así entender cuáles son sus objetivos y a qué personas van dirigidos. Hoy en día seguimos hablando de “comunicación accesible”, cuando lo verdaderamente transformador sería no tener que matizar si es accesible, si no que la accesibilidad formara parte de su propia esencia.
Las comunicaciones accesibles son un conjunto de prácticas y tecnologías que eliminan las barreras existentes para que todas las personas puedan acceder, entender y utilizar la información sin que esto suponga un reto mayor. Es muy importante recalcar que el problema reside en el entorno y no en la persona que intenta comunicarse. Será en ese entorno, donde deberemos corregir y erradicar la problemática.

¿Es la accesibilidad un beneficio para todos?
Lo más seguro es que el primer pensamiento haya sido imaginar como usuarios finales a las personas con discapacidad auditiva, visual, trastornos del habla y lenguaje, etc. Esta forma de pensar no es del todo incorrecta, pero las comunicaciones accesibles tienen un impacto mayor.
Señalamos que existe esta barrera por el hecho de que algunas personas presenta una “discapacidad” para comunicarse. No vemos que el entorno es incapaz de ofrecer adaptaciones o recursos para que tanto estas personas, como todos, podamos comunicarnos en cualquier situación de forma rápida y autónoma.
Por ello, es necesario comprender que en lo relacionado a la accesibilidad y, en concreto a la comunicación accesible, todos somos usuarios finales. Presentemos o no algún tipo de discapacidad, todos vamos a necesitar en algún momento que el entorno nos ofrezca adaptaciones para que podamos comunicarnos sin barreras.
Un ejemplo claro sería cuando estamos en un concierto o entorno con mucho ruido y no somos capaces de escuchar un audio, o llamada entrante, que necesitamos escuchar. Además, en la era actual del teletrabajo y las reuniones online, es posible que estemos en la sala de espera del médico, o en el andén de una estación con los auriculares puestos en una reunión, y no seamos capaces de escuchar lo que sucede a nuestro alrededor. Tampoco nos enteraríamos de notificaciones o alertas sonoras si estuviésemos escuchando música tranquilamente; por lo que todos necesitemos que existan adaptaciones o alternativas a las alertas existentes en nuestro día a día.

En Telefónica hablamos de un enfoque universal, donde la tecnología se convierte en una aliada para reducir barreras y facilitar que la información fluya de manera clara, rápida y adaptable a cada situación.
La clave está en reconocer que las necesidades cambian según el contexto. Hoy en día contamos con herramientas tecnológicas capaces de transformar la forma en que nos comunicamos.
De hecho, cuando integramos la accesibilidad en las comunicaciones estamos hablando también de eficiencia y competitividad. Si cualquier persona puede entender y reaccionar a un mensaje sin importar el lugar, el idioma o el dispositivo desde el que se conecta, reducimos malentendidos, ganamos agilidad y hacemos que la tecnología cumpla con su propósito más importante: conectar a las personas.
Pequeños avances que marcan la diferencia
Hoy en día contamos con un amplio abanico de soluciones que facilitan la comunicación y eliminan barreras. Lo interesante es que, aunque muchas se diseñaron inicialmente pensando en personas con discapacidad, pueden llegar a ser muy útiles para todos en determinados contextos.
- Subtítulos y transcripción automática En videollamadas, conferencias y contenidos multimedia (Zoom, Google Meet, Teams, YouTube). Útiles para personas con discapacidad auditiva y para cualquiera en entornos ruidosos o con idiomas distintos.
- RTT (Real-Time Text / Texto en tiempo real) Permite escribir y que el texto aparezca de inmediato en la pantalla del receptor, sin esperar a enviar. Aporta fluidez a las llamadas de personas sordas o con dificultades del habla, y también resulta útil en lugares donde no se puede hablar de forma cómoda.
- Lectores de pantalla Como JAWS, NVDA, VoiceOver (iOS) o TalkBack (Android), que convierten el contenido de la pantalla en voz o en braille digital. También prácticos para leer documentos mientras hacemos otras tareas al mismo tiempo.
- Conversores de voz a texto y de texto a voz Herramientas como Dragon NaturallySpeaking o funciones nativas de móviles y ordenadores. Útiles para personas con dificultades motoras o del habla, y también para cualquiera que prefiera dictar en lugar de escribir.
- Asistentes virtuales y control por voz Siri, Alexa, Google Assistant permiten interactuar con dispositivos sin manos. Ayudan a personas con movilidad reducida y a cualquiera que quiera manejar el móvil mientras conduce o cocina.
- Traducción en tiempo real Google Translate, Microsoft Translator y traducciones en directo en apps de videollamada. Facilitan la comunicación entre diferentes idiomas en trabajo, viajes o formación.
- Alertas multisensoriales Notificaciones que combinan vibración, luz y sonido. Esenciales para personas con discapacidad auditiva o visual, como los móviles que activan la linterna cuando te llaman por si no lo oyes por el ruido ambiente.
- Accesibilidad integrada en sistemas operativos iOS, Android, Windows y macOS ya incluyen funciones como ampliación de pantalla, alto contraste, accesos por gestos, narradores o control por voz. Por ejemplo, el modo de alto contraste ayuda cuando usamos el móvil a plena luz del sol, o la ampliación de pantalla para leer un texto muy pequeño en una imagen.
- Tecnologías de visión asistida y realidad aumentada Apps como Seeing AI o Lookout describen objetos, personas o textos en tiempo real. Inicialmente pensadas para personas con discapacidades visuales, también son prácticas para traducir carteles o leer información en otros idiomas.
- Teclados y métodos de entrada alternativos Teclados predictivos, escritura por gestos, teclado braille digital o entrada por escaneo ocular. Permiten una comunicación más ágil con atajos de teclado, por ejemplo.

Innovar es cambiar el punto de mira y empezar a diseñar un mundo para todos
Hoy en día disponemos de más recursos que nunca para facilitar la comunicación entre personas y sistemas. Estas herramientas no solo impulsan la autonomía y la interacción plena, sino que abren nuevas oportunidades para innovar, conectar con más público y fortalecer el valor de las empresas. Cada paso que damos hacia una comunicación más inclusiva amplía el alcance de los mensajes, mejora la experiencia de los usuarios y potencia la competitividad en un entorno cada vez más digital.
Pensemos en un vídeo promocional publicado sin subtítulos: la información existe, el canal existe, el público está ahí, pero el mensaje no llega a todo el mundo según el contexto; como hablamos al principio de este artículo: si estás en un entorno con condiciones que impidan la escucha, si eres un usuario con discapacidad, una persona mayor con pérdida de oído, etc.
No se trata de un error técnico insalvable, sino de la falta de una mirada inclusiva en el proceso de creación. El coste de esa indiferencia no es menor: genera frustración en las personas que se ven excluidas, pérdida de usuarios porque no reciben la información del producto, deteriora la imagen de las instituciones y, en muchos casos, implica un incumplimiento de las normativas vigentes, Ley Europea de Accesibilidad (EAA).
No podemos olvidar que todos, sin excepción, vamos a necesitar esas adaptaciones técnicas en algún momento para poder comunicarnos sin importar las condiciones que tengamos de forma personal o nuestro entorno, como explicábamos al principio.
Deberíamos acercarnos a un futuro donde la comunicación se independice del adjetivo “accesible” porque este término y todo lo que conlleva venga ya incluido dentro de todas sus prácticas.
Apostar por una comunicación inclusiva es abrir la puerta a un futuro donde la tecnología y las personas avanzan juntas.