Las tarjetas de crédito biométricas ya existen y permiten hacer pagos garantizados por la huella dactilar del usuario.
Poco después de que se anunciara Apple Pay, que permitirá a los nuevos iPhone hacer pagos garantizados por la huella dactilar (si bien es cierto que el Samsung Galaxy S5 también ofrece esta posibilidad), MasterCard ha dado a conocer su trabajo con las tarjetas de crédito biométricas. En asociación con la compañía especialista en biometría Zwipe, la entidad financiera ha creado tarjetas que realizan transacciones cuya seguridad se sustenta en la lectura de la huella digital.
Cuando la tecnología contactless para tarjetas de crédito aún está en pleno despliegue, las entidades financieras ya han empezado a darle una vuelta de tuerca. Antes era necesario siempre insertar la tarjeta y poner el pin o firmar para hacer efectiva la transacción. Hoy, en algunos establecimientos basta con acercar la tarjeta al TPV (terminal punto de venta) y automáticamente surge la conexión. El dispositivo reconoce los datos bancarios y hace la transacción directamente (si la cantidad es pequeña) o pide el pin al usuario.
Lo que MasterCard anticipa es el siguiente escenario. Una persona va a pagar en una tienda y el empleado saca el TPV. El cliente no tiene más que acercar la tarjeta y colocar su dedo en la zona habilitada para la lectura de la huella digital. La transacción se produce sin más molestias. Estas tarjetas de crédito biométricas se parecerán a las que conocemos hoy en día. No tienen nada que ver con las primeras de este tipo que aparecieron en Noruega, que disponían de una batería integrada para poder funcionar.
El paso hacia la eliminación de las baterías en las tarjetas de crédito biométricas es responsabilidad de la empresa noruega Zwipe. Tal vez porque vio de cerca la problemática en esta cuestión, la compañía se ha dedicado a crear un sistema que permita el uso de la huella dactilar sin necesidad de contar con una batería. Han desarrollado su propio algoritmo de seguridad para realizar la autentificación y este es capaz de funcionar tomando la energía de la infraestructura de pago. El objetivo que se marcaron deja clara su propuesta: lograr que un smartphone sin batería fuera capaz de realizar un pago garantizado mediante huella.
El anuncio de la nueva tarjeta de crédito viene precedido de un programa piloto en Noruega. Y se prevé que en 2015 llegue la versión mejorada del producto, que podrá funcionar con cualquier tipo de TPV. Se trata del despliegue de la biometría más allá de los dispositivos electrónicos.
Imágenes: Håkan Dahlström y Alex E. Proimos
