Cuando llegan las vacaciones, solemos planificar nuestros días libres ajustando al máximo nuestro presupuesto (y más en los tiempos que corren), pero maximizando la posibilidad de descansar y desconectar en la ciudad o región que visitemos. Igual que antes nos era únicamente imprescindible llevar algo de ropa en la maleta y muchas ganas de escapar de la rutina habitual, hoy en día nuestro smartphone se ha convertido en un fiel aliado en nuestras vacaciones.
Llega la hora de ir al aeropuerto, y tenemos todo listo: nuestros billetes, documentación, maletas. Todo está preparado para tener unos días fantásticos (solos o en compañía), y conseguir esa desconexión tan necesaria en vacaciones. Al llegar al aeropuerto, facturamos y pasamos el control, como es habitual, pero al ir hacia la puerta de embarque nos damos cuenta de que nuestro vuelo ha sufrido algún problema. Mal comienzo para las vacaciones, sin duda.
Y es que cuando viajamos, uno de los obstáculos más habituales y fastidiosos a los que solemos enfrentarnos es la posibilidad de que nos retrasen o cancelen el vuelo. Según datos de la Asociación para la Defensa del Turismo (Asdetour), los retrasos ocasionan el 16% de las reclamaciones, mientras que el 12% de las quejas de los usuarios estaban relacionadas con cancelaciones en su vuelo.
Los retrasos en los vuelos, a la orden del día
A pesar de lo problemáticos que resultan, los retrasos y las cancelaciones son tan habituales, que nos hemos acostumbrado a ellos con infinita paciencia. No solo cuando vamos de vacaciones, sino también en viajes profesionales, constituyen un incómodo problema al que por ahora no podemos poner remedio.
Los retrasos y las cancelaciones pueden ser previstas, en el caso de que ocurran por ejemplo debido a una convocatoria de huelga de los empleados de las compañías aéreas, o por circunstancias más diversas y menos previsibles, como problemas metereológicos o de logística aeroportuaria.
Dados los inconvenientes que pueden llegar a causarnos los retrasos y las cancelaciones, incluso han desarrollado plataformas online, como Refund.me que nos permitan realizar por Internet las reclamaciones sobre los inconvenientes que hayamos podido tener durante el viaje.
Un algoritmo podría evitar nuestras horas de espera
Las horas perdidas en los aeropuertos esperando ese vuelo retrasado podrían estar llegando a su fin. Para lograr este objetivo, se puso en marcha un concurso que premió al mejor algoritmo que permita evitar (al menos en parte) los retrasos en los vuelos, mejorar la eficiencia de la gestión aeroportuaria y lograr una mayor fluidez en el tráfico aéreo.
El concurso, patrocinado por General Electrics y Alaska Airlines, busca reducir no solo los inconvenientes que sufren los pasajeros, sino las pérdidas económicas enormes a las que las compañías aéreas tienen que hacer frente. Según algunos datos, cada minuto que se reduzca por vuelo puede ahorrar hasta 1,2 millones de dólares de gastos de personal, y hasta 5 millones en costes asociados al combustible de aviones de tamaño intermedio.
Los participantes en el concurso, que tuvieron que diseñar un algoritmo capaz de estimar la llegada de los vuelos con un 40% más de eficiencia que los que se usan actualmente, recibieron de la organización información privada de las compañías y proveedores, para así ser capaces de diseñar las mejores opciones posibles. Así tenían los datos sobre los vuelos en un período de dos meses, como las llegadas y salidas, el tiempo, o las longitudes y latitudes de los viajes. El ganador, un equipo de Singapur, se ha llevado 100.000 dólares por diseñar el algoritmo que podría solventar muchos de nuestros quebraderos de cabeza antes de viajar.
Este primer concurso es solo la fase inicial de lo que ambas compañías buscan: facilitar la gestión de los vuelos, algo que sin duda será positivo para pasajeros y empresas. Por ello General Electrics y Alaska Airlines han decidido organizar otro premio, esta vez de 250.000 dólares, para que profesionales de la estadística sugieran vías para mejorar la eficiencia de los vuelos. Este premio, que aún no ha sido lanzado, supondrá un nuevo paso en una mejor gestión de los aeropuertos. Quizás en el futuro estos dos concursos nos devuelvan indudables beneficios para los usuarios, ya que es posible que gracias a la creatividad de los ganadores, evitemos largas esperas en los aeropuertos y enfados innecesarios.