La nave Cassini tenía fecha de caducidad: el 15 de septiembre terminaba un periplo por el sistema solar muy productivo para la investigación de Saturno.
Han pasado casi 20 años desde que la nave espacial Cassini se lanzó desde la estación de Cabo Cañaveral. Despegó gracias a los esfuerzos conjuntos de la NASA, la Agencia Espacial Europea y también de la Agencia Espacial Italiana. Su objetivo principal era Saturno y sus satélites, aunque por el camino también fotografió Júpiter y confirmó la teoría de la relatividad de Einstein.
La nave despegó el 15 de octubre de 1997 y viajó durante siete años hasta llegar a su destino. Saturno, el planeta de los anillos, de las 62 lunas (contando solo las que tienen órbitas confirmadas), era la meta. A partir de ese momento la nave espacial ha fotografiado y obtenido todo tipo de datos mediante sensores.
Radares, magnetómetros y espectrómetros han reunido información que se enviaba a la Tierra para descubrir más sobre Saturno. En abril de este año Cassini llevó a cabo su última misión y marcó un nuevo hito. Se adentró entre Saturno y sus anillos. Y es que estos han sido uno de los principales objetos de estudio de la nave durante todo este tiempo.
La nave fotografió exhaustivamente los anillos. Se obtuvieron imágenes como nunca antes se habían logrado, y Cassini llegó a detectar un nuevo satélite entre los anillos. Al mismo tiempo, la misión estudiaba las lunas , otro de sus grandes focos de interés. Descubrió otros nuevos satélites y se centró en Titán, el más grande de todos los conocidos.
Titán también se fotografió intensamente y se descubrió metano en su superficie. Otro de los hitos de Cassini también se logró estudiando las lunas. La nave sobrevoló Encélado y comprobó que el cuerpo tenía un ligero campo electromagnético. También tenía atmósfera y se llegó a registrar actividad volcánica, algo poco común en otros lugares del sistema solar, aparte de la Tierra.
La NASA había calculado el fin de Cassini para 15 de septiembre de 2017. Y así ha sido. La nave se ha desintegrado al entrar en las capas más externas del manto gaseoso que cubre Saturno. El propósito era evitar que la nave cayera sin control en alguna de las lunas del planeta , contaminándolas. Y es que los científicos creen que en ellas se podrían dar las condiciones para albergar vida.
Imágenes: NASA
