Hibridación entre Cine y Educación

Pocas veces uno asiste a al conjunción de las ilusiones y los intereses de todos los involucrados en un proyecto como lo que yo he visto en este tema de Cine y Educación. Esas situaciones que son win-win para todos son muy poderosas para llevar adelante un proyecto.

En primer lugar están los profesores, un colectivo que lleva más de una década intentando que se aprovechen las potencialidades del cine para apoyar la educación de los jóvenes. Ellos se agrupan y se llaman Tribu 2.0, también hay muchos otros que a título individual andas dispersos realizando iniciativas en esta línea, y no hay quien les pare, van tejiendo su red de aliados y de realidades a base de aquello de lo que disponen: su tiempo y su esfuerzo, que aspiran a que se vea recompensado en la  ilusión de conseguir aquello en lo que sueñan, un plan audiovisual para el aula.

Por otra parte, está la industria del cine: los distribuidores, la Academia, productores, etc  que ven con preocupación que los espectadores y las salas disminuyen cada año en España y que, además, el grado de cultura audiovisual de la mayoría de los espectadores es todavía bajo (se puede comprobar con solo leer lista de las películas más taquilleras de un año) lo que da ventaja a las películas “fáciles”, gran parte de ellas americanas, las que se diseñan pensando en un publico movido por instintos y resortes más evidentes o primarios y que no exigen gran esfuerzo al espectador. Ellos sueñan con un espectador más sofisticado que responda a productos audiovisuales más ricos y variados, como ven en otros países de nuestro entorno y que den lugar a una industria más importante. En esta línea está también el Ministerio de Cultura, aunado ahora con el de Educación en el mismo ministerio y que aspira a: una mayor industria nacional audiovisual, al respeto de la propiedad intelectual y al consumo de productos audiovisuales que respetando esas normas de propiedad intelectual, hagan uso de las ventajas de difusión de las nuevas redes.

Así, metidos en ese laberinto, y gracias al tesón de esos profesores por encontrar quien les escuche, las tres partes se han encontrado y al encontrarse han visto que cada uno puede dar al otro lo que necesita y recibir lo que desea. Los profesores pueden conseguir cine a bajo precio para sus alumnos, que le permita ser recurso para el aula y fuera de lla, así como contacto con los directores, los actores, que permitan adentrar a los alumnos en las claves de la creación de un producto cultural. Además esperan  ver como esa actividad se normaliza y  es reconocida por el Ministerio que les ampara. Los distribuidores pueden recibir el regalo de la formación del espectador del futuro en las aulas del presente a través de un público que se vaya educando con las películas, incluso de consumo más minoritario ya que tendrán a los profesores para ayudarles a interpretar sus claves y valores a los alumnos. El Ministerio por su parte, verá como se va habituando a consumir productos audiovisuales, también de la industria nacional, y que es posible hacerlo de modo legal, por un público joven, en el entorno de normalidad durante su proceso educativo, lo que a todos los efectos será más efectivo que cualquier campaña sobre si la piratería es un robo o no.

En suma, el preludio de algo grande, algo nuevo en Educación que muestra como decía Victor Hugo: “no hay nada mas poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo”. Y en medio de todo esto ¿que hacemos nosotros Fundación Telefónica? Pues hemos tenido la suerte de estar ahí y poder ayudar. Conocimos a los profesores de Tribu 2.0 por nuestra actividad en Educación y ya han participado en los Encuentros Internacionales de Educación que promovemos como ejemplo de las iniciativas desde la base para el cambio educativo necesario. Por otra parte disponer del nuevo Espacio Fundación Telefónica nos permitía invitarles a organizar un evento a todos los implicados que permitiera debatir lo que se podía hacer y lo que se estaba haciendo en este campo en otros países como Reino Unido o Francia, contado por expertos venidos de allí. Todo eso se ha condensado en este evento que se ha celebrado a principios de septiembre

La innovación viene muchas veces de la hibridación, es decir de la unión de conceptos o actividades, aparentemente independientes y que se ponen juntas por primera vez. El cine se etiqueta como ocio y la escuela como educación, pero lo que cada vez más neurocientíficos nos dicen es que la mente humana aprende más cuando lo pasa bien que cuando se aburre y eso hace que confiemos en que esta hibridación entre cine y educación va a dar magníficos frutos para todos ahora y en el futuro.

 

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