Bases de datos

Datos digitales para complementar las bases de datos del INE

Desde que empezara a funcionar, como Comisión de Estadística del Reino, allá por 1856, el INE ha sufrido múltiples cambios. Tanto de nombre como de metodologías y también en lo que respecta a sus medios tecnológicos. Sus bases de datos han evolucionado y se han transformado con el tiempo.

Solo hay que imaginar los procedimientos técnicos que habría a mediados del siglo XIX. La distancia con la actualidad es astral. Las entidades encargadas de recopilar información sobre la población y el país se han denominado Junta General de Estadística, Instituto Geográfico y Estadístico e incluso Servicio Sindical de Estadística. A partir de 1945 el servicio pasa a llamarse Instituto Nacional de Estadística (INE).

Y los cambios no solo se producen en la nomenclatura. La tecnología digital entró en la entidad en 1964, de la mano de una máquina IBM 1401. A partir de ahí cada vez se ha vuelto más indispensable un manejo de la información mediante equipos informáticos. Y más recientemente se ha empezado a emplear la tecnología de las telecomunicaciones para recoger datos.

En 2019 se supo que el INE obtendría información de las operadoras para sus bases de datos. Se acordó que la entidad recibiera datos de las posiciones agregadas de usuarios de teléfonos móviles. Se trata de información anonimizada, que en ningún caso serviría para identificar a los titulares de las líneas.

Con estos datos, el INE podría tener una idea más precisa de cómo se mueven los ciudadanos. Y conocer estas masas de desplazamientos es útil para decidir sobre el reparto de algunos servicios públicos. Entre los trayectos sobre los que se pretende arrojar luz están los movimientos en época de vacaciones.

La elaboración de bases de datos durante el confinamiento

Al empezar el confinamiento en España, en marzo de 2020, el INE ya tenía acceso a datos de las líneas móviles de los ciudadanos. En aquel momento se produjo un fenómeno que nunca antes se había dado. La mayoría de las personas se vieron obligadas a no salir de sus casas para poco más que trabajar (siempre que no pudieran teletrabajar) y abastecerse.

La recogida de datos se reformuló mediante un subproyecto. Había que adaptarse al contexto de la pandemia y se empezó a medir el grado de movilidad o confinamiento respecto a la situación anterior a la pandemia. Uno de los objetivos era ayudar a las administraciones públicas a ser conscientes del impacto de sus decisiones en una situación de emergencia como la de entonces. Como resultado se conoció la evolución de la movilidad por ámbito geográfico durante el primer estado de alarma.

Un proyecto que la compañía presenta en el marco de la celebración del Mobile World Congress de Barcelona bajo el lema Transformation is Now. Un lugar en el que se pondrán en común todas las propuestas vinculadas a la conectividad, 5G, industria conectada o la sostenibilidad.

Utilidad para distribuir los servicios públicos

La recopilación de datos con ayuda de las operadoras había comenzado antes. En noviembre de 2019 se midieron los desplazamientos durante cuatro días laborales. A continuación, la estadística se elaboraba dividiendo el territorio nacional en 3.500 celdas, con un mínimo de 5.000 personas en cada una.

Comprobar cómo son los movimientos de las personas en las ciudades, así como en las zonas rurales, ayuda a conocer las necesidades de la población. Es un complemento para las encuestas, tanto cuantitativas como cualitativas.  Y permite tomar decisiones más informadas en cuanto a las infraestructuras de uso público o los servicios.

Los destinos de verano y los trayectos en fin de semana son algunos de los elementos clave. El INE puede trazar un mapa más exacto de cómo se mueve la población en sus momentos de ocio. Y es que algunos de esos momentos coinciden con vuelcos de poblaciones. En verano hay pueblos de la costa y zonas vacacionales sobredimensionadas en número de habitantes. Mientras que algunas ciudades se vacían. Son tendencias a tener en cuenta a la hora de distribuir y operar servicios públicos.

Combinación de datos digitales y encuestas

Con este tipo de datos el INE hace una agregación, entre la información que recoge mediante encuestas y los datos procedentes de operadoras. Telefónica ha trabajado junto a la entidad en este nuevo modelo estadístico. La idea es pasar de un modelo basado en su totalidad en encuestas a un sistema híbrido, que introduzca datos digitales.

Una de las ventajas que tiene el uso de la red móvil de Telefónica, entre otras, para completar las bases de datos es que el tamaño muestral se acerca más al universo. Además, la frecuencia de actualización de las estadísticas es mayor. Y resulta menos laborioso realizar trazar una evolución. La colaboración de Telefónica con las administraciones públicas se materializa en el despliegue de plataformas de gestión de la información. Se hace énfasis en el gobierno del dato y en la analítica avanzada. La meta, de nuevo, es que el INE ofrezca mayor información, más precisa y con mayor frecuencia.

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