Guerreras vikingas

El análisis de ADN confirma que había guerreras vikingas

Una investigación de la Universidad de Uppsala, en Suecia, ha comprobado que los restos encontrados en una tumba de un guerrero son en realidad de una mujer.

La presencia de mujeres guerreras en las sagas escandinavas no es inhabitual. Las valquirias eran semidiosas guerreras que además de buscar a los héroes caídos para llevarlos al Valhalla, combatían a lomos de caballos alados. Pero también hay, en los antiguos textos nórdicos, protagonistas femeninas que guerrean sin poseer aires de deidad.

Hijas de reyes o de grandes guerreros, estas mujeres aparecen luchando y comportándose como los otros héroes de las sagas. Como Hervör, hija del berserker Angantyr, que heredó de su padre la espada legendaria Tyrfing. Se les daba el nombre de skjaldmö y su posible existencia ha excitado la imaginación de historiadores y conocedores de la mitología. El autor de El señor de los anillos, J. R. R. Tolkien se inspiró en estas leyendas para uno de sus personajes, la doncella guerrera de Rohan, Éowyn.

El problema de las sagas escandinavas es que son un manto de mito velado por trazas de realidad. La leyenda y la historia se abrazan sin que muchas veces se pueda separar una de la otra. Por eso las mujeres guerreras seguían perteneciendo más al mito que a la realidad. Hasta que un grupo de investigadores de la Universidad de Uppsala ha dado un vuelco a la situación.

En coordinación con científicos de la Universidad de Estocolmo, el equipo de Uppsala ha analizado el ADN de los restos encontrados en una tumba cerca de la capital sueca. Se trata de una excavación hallada hace un siglo y la sepultura pertenece claramente a una personalidad guerrera.

Guerreras vikingas

Dentro hay un hacha, una espada, una lanza, flechas, un cuchillo de batalla, dos escudos y huesos de dos caballos. Los símbolos no pueden estar más claros. Lo que ofrecía dudas eran los restos humanos. Por la forma de los huesos se pensó que podría ser una mujer , pero era difícil saberlo.

Los científicos han tenido que acudir al análisis de ADN para despejar las dudas. Se han extraído muestras de los dientes y de los huesos del brazo. Con esto había suficiente información genética para concluir que solo había cromosomas X y ni rastro de cromosoma Y.

Los investigadores señalan que es la primera confirmación genética que se tiene de una mujer guerrera. Esta es la mejor prueba hasta la fecha de que existían guerreras vikingas. Además, la tumba sugiere que se trataba de una persona con cierto liderazgo entre los soldados. Y es que también se encontraron piezas de un juego de mesa de guerra, lo que simboliza sus funciones tácticas.

Imágenes: Wikipedia, Evald Hansen

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