Un nuevo sistema de gestión inteligente de tráfico permite a los conductores llegar con el semáforo en verde siempre, de forma que no es necesario detenerse.
Hay que hacerse a la idea de cómo es el trayecto de un conductor en una ciudad transitada. Al volante los seres humanos tendemos a ponernos nerviosos. Y en las calles de una ciudad existen muchos obstáculos para una conducción relajada. Entre ellos están los semáforos (hay incluso quien quiere suprimirlos), los 'stop', coches aparcando, pasos de peatones.
Constantemente estamos parando y reanudando la marcha. Y a esto hay que sumarle una dosis de estrés por el tráfico, unos miligramos de prisa y una cajita llena de posibles imprevistos que el conductor reza para que no se abra. Aunque quizá las paradas se pueden reducir con el nuevo sistema que va a probar Highways England, el organismo público encargado de la gestión del tráfico y las carreteras en Reino Unido.
En la ciudad de York pronto se pondrán en marcha un tipo especial de semáforos. Se trata de sistemas desarrollados por la empresa de ingeniería AECOM que permiten al conductor llegar siempre con el semáforo en verde. Lo hacen mediante un sistema de avisos, pero también ajustándose a los tiempos de circulación.
El proyecto, en principio, estaba destinado a crear un escenario propicio para coches autónomos, pero la tecnología ya se puede aprovechar, sin esperar a estos vehículos. El sistema funciona alertando mediante señales electrónicas a los conductores sobre la velocidad a la que deben circular. Al menos si quieren encontrarse el semáforo en verde cuando lleguen a este.
Así, el sistema lo calcula de tal forma para que el conductor no tenga que parar en ningún momento. Lo único que tendrá que hacer es ajustar su velocidad –normalmente sería aminorar– cuando se lo pidan.
Reducción de la contaminación
Uno de los problemas más candentes en las ciudades hoy en día es el de la contaminación. No es nuevo, pero sí es ahora cuando se está profundizando seriamente en las soluciones. Y, evidentemente, estas pasan por la reducción del tráfico rodado, sobre todo de los coches.
Reducir la contaminación ha sido uno de los principales motivos para cortar al tráfico las calles de los centros urbanos. También sirve como motor impulsor del coche eléctrico y también del car-sharing y del uso de la bicicleta. Pero además de disminuir el tráfico de coches, la calidad del aire lo notaría si estos estuvieran menos tiempo en circulación.
Esto significa evitar las largas vueltas y revueltas de los coches buscando aparcamiento. Y aquí encajan una variedad de iniciativas dedicadas al smart parking. De la misma manera, contar con un sistema que gestione el tráfico, de forma que los automóviles siempre se encuentren el semáforo en verde, ayuda a no tener coches parados en las calles lanzando emisiones. Al fin y al cabo, solo hay que pensar en lo ineficiente que es un vehículo que continúa contaminando, pero que no se mueve, lo cual es su única razón de ser.
