La isla de Puerto Rico se ha llenado en los últimos meses de pioneros del blockchain, inversores en esta tecnología que llegan cargados de dinero e ideas.
El estado número 51, como se conoce coloquialmente a la isla de Puerto Rico, ha tenido últimamente un tipo de inmigración peculiar. Son dos factores los que han generado este movimiento de personas. El primero es la explosión que se dio a finales del pasado año en los precios de las criptomonedas, el segundo, el lamentable huracán que asoló el territorio estadounidense en septiembre de 2017.
Tras el huracán, Puerto Rico quedó devastado, hasta el punto de que servicios básicos, como la electricidad o Internet, no han podido recuperarse en todas las zonas. Esta situación se une a las ganancias que un grupo de aventajados del blockchain han obtenido con las criptomonedas. Gran parte de ellos han viajado a la isla para establecerse allí.
En principio parece que el movimiento trata de escapar a los gravámenes de la fiscalidad estadounidense, que no aplica con todo su peso en Puerto Rico. Pero lo cierto es que en la isla hay ahora una comunidad nutrida de pioneros en criptomonedas. Algunos simplemente han sido inversores, otros han llevado a cabo proyectos, organizado ICOs (initial coin offering).
Toda esta comunidad aspira a crear una especie de utopía basada en criptomonedas y contratos basados en blockchain. Según un artículo publicado por The New York Times, su idea es adquirir terrenos y crear una economía paralela. La comunidad ha pensado en garantizarse el acceso a puertos y aeropuertos, así como en fundar un 'criptbanco'. Para esto último afirman que han mantenido conversaciones con las autoridades de la isla.
La coyuntura hace que en Puerto Rico se encuentren algunos de los pioneros del mundo de las criptomonedas. Son personas que han tenido la suficiente visión como para prosperar al calor de una tecnología naciente. Habrá quien sencillamente los vea como gente que ha tenido la intuición de entrar de forma prematura en un contexto que apuntaba a burbuja. Pero ellos prefieren verlo como la semilla de una especie de Silicon Valley del blockchain.
Más allá de los precios a los que llegó Bitcoin, de los vaivenes de las criptomonedas desde hace años, la concentración de experiencia en el mundo cripto en Puerto Rico puede llevar a ensayos y experimentos de carácter único en este ámbito. Esto es lo que quiere fomentar la comunidad que se ha reunido allí.
Imágenes: Aucunale TNT, Christoph Scholz
