Existen dos modelos en el negocio de la informática patrio: el arcaico y condenado a desaparecer; y el nuevo, cada vez más en auge. Descubre en qué consiste cada uno.
Cualquiera que trabaje en el sector conoce la dinámica de contratación de profesionales de la informática en España. No vamos a señalar a nadie, porque todos saben cuáles son esas empresas, o al menos las más evidentes. Se hacen llamar “consultoras”, un término eufemístico que sustituye al que utilizan los que en ellas se emplean: “las cárnicas”.
Son empresas que obligan a ir de traje y que contratan al peso a cualquiera que tenga un baño suficiente de programación como para no llamar la atención de los clientes. Porque estas empresas no son más que intermediarias, esa gran afición española, que contratan al “chico con baño de programación”, aunque sea con un curso de 400 horas, y lo colocan, quintuplicando su valor, en el “cliente final”.
Hasta hace unos años era casi imposible escapar a la influencia de las consultoras. En un contexto normativo que complica enormemente la creación y administración de empresas, las pequeñas iniciativas lo tenían muy complicado, por no decir imposible.
La evolución del negocio de la informática
Sin embargo, algo cambió. El desarrollo del mercado de aplicaciones móviles y las stores de Apple y Google han permitido que los desarrolladores puedan de manera muy simple publicar sus ideas de modo independiente. El auge de la Red también ha permitido, a un coste algo mayor, la puesta en marcha de ideas novedosas con una cierta (probablemente pequeña) probabilidad de éxito. El impulso desde ciertos sectores de la Universidad y desde algunas empresas que comienzan a cambiar de enfoque anima a cada vez más estudiantes a “intentarlo por su cuenta”. Tengan o no éxito, obtienen de esta fase de su vida una enseñanza valiosísima para su desarrollo profesional posterior.
Y algunas empresas cambian porque nuestros ingenieros se estaban yendo al extranjero, donde pagan mucho mejor y donde, aún más importante, el trabajo del informático es mucho más interesante y reconocido, en forma y fondo.
Las consultoras empiezan a estar un poco desesperadas porque no encuentran personal, y el que encuentran es cada vez menos cualificado. Y se preguntan, ¿por qué? Lo que han conseguido tras décadas de esfuerzo se denomina “matar a la gallina de los huevos de oro”.
Así que cada uno de nosotros está tomando partido. Cada empresario, cada estudiante, cada investigador universitario, selecciona en qué lado quiere estar, y eso tiene enormes consecuencias a medio plazo. En el nuevo enfoque, el ingeniero informático ya no es “un contratado para hacer lo que yo diga”, sino que forma parte de la toma de decisiones, se torna en constituyente de las nacientes nuevas empresas. Innova.
El resultado es que en el momento actual no hay ya un sector, sino dos: el caduco, explotador, poco tecnológico y trajeado mundo de las consultoras, por un lado; y el innovador, emprendedor, cualificado y flexible mundo del nuevo orden, por otro.
¿A cuál perteneces tú?
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