El proyecto escolar de ciencia de Shubham Banerjee, un estudiante de 12 años de California, ha sido nada más y nada menos que una impresora braille hecha de piezas de Lego.
Una impresora braille suele tener un precio que supera los 2.000 dólares, lo cual no es precisamente asequible. En comparación con las máquinas de impresión tradicional el desequilibrio es apabullante. Incluso entre las impresoras 3D, una tecnología que aún está en proceso de llegar a las masas, hay modelos económicos que bajan de los 400 dólares (la equivalencia a euros no siempre es exacta). No se ha producido un abaratamiento tan radical en el mundo del braille, al menos hasta ahora. Shubham Banerjee, de 12 años, ha usado piezas de Lego para crear un dispositivo destinado a hacer más accesible el alfabeto ciego.
Banerjee tiene la edad de cualquier escolar recién aterrizado en la Educación Secundaria, pero sus vuelos apuntan mucho más alto. La impresora braille con piezas de Lego que ha creado ha sido el resultado de un proyecto de ciencia. En su propuesta se planteaba la cuestión del precio de estas máquinas y concluía que tenía que haber una forma de abaratar su precio.
El resultado le ha dado la razón de una manera sorprendente. Banerjee ha usado el kit Lego Mindstorms EV3, algunas piezas de hardware y además ha llevado a cabo algunos ajustes a nivel de software. Así de sencillo, y de económico, pues el juego de construcción, probablemente la parte más cara del conjunto, tiene un coste de 350 dólares.
De esta forma ha nacido Braigo – así la ha llamado su creador – que es capaz de imprimir cualquier letra del alfabeto braille en un rollo de papel estrecho, del que usan las máquinas de recibos. El cabezal de esta impresora braille barata está rematado por una tachuela, que en definitiva es la que marca los caracteres.
La impresora braille barata de código abierto
A Banerjee no le vale con su invento. De nada sirve éste si no se aprovecha y para esto el chico ha decidido difundir su proyecto. Sin embargo, la intención de Banerjee está lejos de tener una visión comercial, ha optado por abrir el código de su impresora braille barata para que otros puedan construirla y mejorarla.
El estudiante espera que sea de gran utilidad en países donde muchas veces no hay dinero para comprar una de las máquinas que se venden actualmente. De momento se encuentra centrado en completar la apertura de su proyecto y ofrece continuas actualizaciones acerca de Braigo en una página de Facebook. La de Banerjee es otra de esas historias sobre niños prodigio que asombran cada vez que se producen.
Imágenes: Shubham Banerjee