Con el objetivo de fomentar las energías renovables y la eficiencia energética, Pittsburgh apoya con firmeza la Alianza de París.
Justo hace una semana, Donald Trump anunciaba sus intenciones de abandonar el acuerdo de París, que versa sobre el pacto entre naciones para frenar el cambio climático. Sus palabras fueron: “He sido elegido para representar a los ciudadanos de Pittsburgh, no de París”.
Pittsburgh fue, desde su nacimiento, una ciudad completamente industrializada, convertida por las siderúrgicas en un hervidero de contaminación. Sin embargo, esto ya no es así y la ciudad ha decidido cambiar su forma de actuar.
Pittsburgh (Pennsylvania) tiene como objetivo convertir toda la energía de su ciudad en energía renovable para el año 2035, según Bil Peduto, su alcalde. Este anuncio se producía un día después de la noticia de Trump, sirviendo así como contundente respuesta a sus claras intenciones de no ayudar a la lucha contra el cambio climático.
La transición a una ciudad verde comienza con la unión por parte de este alcalde a la coalición de “Alcaldes por un 100% de energía limpia”. Esta coalición es una iniciativa de Sierra’s Club Ready, que tiene como objetivo conseguir el máximo número de alcaldes que la apoyen.
No solo se buscará seguir las directrices del acuerdo de París, sino que la meta principal será llegar a convertirse en una ciudad referente en lo que a la calidad de vida y del aire respecta.
Realmente, y tal y como dijo Eva-Resnick, organizadora de Sierra’s Club Ready, “Pittsburgh es la primera ciudad post-industrial en los Estados Unidos para apuntar al poder en sí mismo con el 100% de energía limpia. Nuestra ciudad siempre ha estado en la vanguardia de la innovación, y el anuncio de hoy por el alcalde Peduto muestra que vamos a seguir siéndolo».
Con Pittsburgh ya son más de 25 ciudades de Estados Unidos las que se han comprometido a realizar una transición completa a las energías limpias. Atlanta fue la ciudad número 27 en sumarse a este pacto.
París, modelo a seguir
Poco a poco, se espera que todas las ciudades del mundo se sumen a este objetivo de convertirse en espacios 100% renovables, y, probablemente, sea París el mejor modelo a seguir.
La ciudad de la luz se plantea el ambicioso objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono para el año 2050. La idea nace a raíz de un estudio encargado a la asesora francesa Elioth por la alcaldía parisina, en el que si bien esboza esta posibilidad, también se aclara la necesidad de actuar cuanto antes y de forma eficaz para alcanzar dicha meta. La capital francesa pretende así obtener una visión imparcial de la cuestión para contribuir a planear futuras políticas, que logren la transición a una ciudad de bajo contenido de carbono.
Para la consecución de este objetivo se recomiendan una serie de medidas centradas en la renovación energética y métodos de construcción más sostenibles.
El Acuerdo de París marca el objetivo de neutralizar el carbono de cara a 2050. ¿Serán capaces los países de cumplir con sus promesas sobre eficiencia energética y energía renovable?
