Planeadores

Planeadores, la anticipación de los aviones en el siglo XIX

Estos aparatos voladores, que buscaban imitar a los pájaros, fueron la antesala del vuelo con motor que llegaría en el siglo XX.

“Hace aproximadamente 100 años, un inglés, Sir George Cayley, llevó la ciencia del vuelo a un punto al que no se había llegado antes y que apenas se ha vuelto a alcanzar durante el último siglo”, estas palabras se atribuyen a Wilbur Wright, uno de los hermanos responsables del primer avión que voló en la historia. Las dijo en 1909 y se refería a un británico que había dedicado la mayor parte de su vida a un objeto: los planeadores.

Estos aparatos de grandes alas basaban su funcionamiento en el vuelo de los animales, particularmente en el acto de planear, de donde obtuvieron su nombre. Su desarrollo durante el siglo XIX fue fundamental para el despegue de los aviones en el XX.

En cuanto a Cayley, en 1799 diseñó un planeador moderno, con un hueco para el piloto bajo el centro de gravedad del aparato y una cola que permitiría controlarlo. Llegó a construir un prototipo que realizó algunos vuelos no tripulados en los años siguientes. Se daba así el pistoletazo de salida a los vuelos de máquinas más pesadas que el aire (los globos aerostáticos ya se utilizaban por aquel entonces).

Planeadores
Una réplica del ingenio ideado por Cayley

Durante 50 años Cayley estuvo investigando los planeadores y en todo este este tiempo definió algunos de los principios de la aerodinámica que hoy siguen vigentes. Entre ellos se incluye la relación que guardan las fuerzas de peso, sustentación, resistencia e impulso, claves para entender por qué vuela un avión. A mediados del siglo XIX se cree que uno de sus ayudantes pudo hacer un viaje corto en su planeador.

Sin embargo, no sería hasta 1856 cuando un planeador volara por encima de su punto de despegue. Lo logró el francés Jean-Marie Le Bris, que había viajado por medio mundo estudiando el vuelo de un ave, el albatros. Su planeador –que solo se podía llamar de una forma: L’Albatros artificiel– fue arrastrado por caballos para lanzarlo a los vientos. Habría alcanzado una altura de 100 metros y cubierto una distancia de 200 metros.

Aunque si hay una figura que haya marcado la historia de los planeadores esta ha sido la de Otto Lilienthal. Este pionero alemán (a quien se puede ver en la imagen de portada) diseñó y construyó algunos aparatos, algunos de ellos con las alas de mimbre y tela. Él mismo probaba sus inventos jugándose el tipo. Llegó a hacer más de 2.000 vuelos a finales de siglo y superó los 300 metros recorridos. Su fama se debe en parte a que su final le llegó precisamente en un accidente mientras manejaba uno de sus aparatos. Las últimas palabras que le oyeron decir hacían referencia a los sacrificios necesarios para conseguir el progreso.

Planeadores
Octave Chanute continuó los trabajos de Lilienthal

El testigo de Lilienthal lo recogió Octave Chanute, de origen francés pero que realizó la mayor parte de sus trabajos en Estados Unidos. Basándose en la obra del alemán construyó algunos planeadores y mejoró los diseños. Entraba ya el siglo XX y pronto –en 1903 concretamente– se materializaría el primer vuelo de los hermanos Wright, que daría pie a la aviación. Los protagonistas de esta gesta, por cierto, se cartearon a menudo y recibieron consejos de Chanute.

Pese a ello, el primer vuelo con motor eclipsó los desarrollos en planeadores, que poco a poco dejaron paso a sus hermanos mecanizados.

Imágenes: Wikipedia, II, III

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