Airbus ha mostrado cómo vuela su miniavión THOR, que destaca por contar con todas sus piezas impresas en 3D.
La tecnología de impresión 3D no ha logrado sus objetivos de penetración en los hogares, es una realidad. Pese a todas las promesas que se han llegado a hacer, lo cierto es que, para el público general, no aporta mucho más que obtener de manera gratuita muñequitos o algún artilugio curioso. Sin embargo, existen áreas que no dejan de dar buenas noticias a este mundo, o más bien al contrario, como ocurre en medicina con la creación de ciertos tejidos y medicamentos. A escala mucho mayor, Airbus, uno de los principales constructores de aviones del mundo, ha creado THOR, un avión impreso en 3D.
THOR, cuyas siglas significan «test de objetivos de alta tecnología en la realidad» tiene un tamaño de casi 4 metros de largo y, tal y como cabe esperar, no supone más que una prueba de la compañía para ver hasta dónde puede llegar esta tecnología. Fabricado completamente a base de piezas impresas en 3D en menos de cuatro semanas, cuenta con un ligerísimo peso de aproximadamente 23 kilogramos. Como se ve en el vídeo, cuenta el exactamente la forma de sus hermanos mayores, naves muy irónicas en la historia de la aviación.
La idea de la empresa, que ya tiene partes impresas en 3D en los modelos comerciales, es ver qué ventajas o posibilidades aporta esta tecnología en el proceso de diseño y construcción, porque, aunque no lo parezca, puede ayudar a superar muchas dificultades impuestas por la idiosincrasia de materiales antiguos. En su primer vuelo en 2015 voló desde Hamburgo a Stade, lo que supone unos 40 kilómetros, que no está nada mal para la autonomía que cabe esperar de un dispositivo así.
Eso sí, es necesario advertir que para ver todo esto en los aires hará falta mucho tiempo. La historia de la aviación ha mostrado muy claramente como ninguna otra lo importante que es experimentar para evitar muertes innecesarias como las que se produjeron en las primeras décadas del siglo pasado.
Imágenes: Airbus.
