El tema de la Thinking Party de este año era la reinvención profesional. Es difícil que ninguno de nosotros nos libremos de tener, alguna a lo largo de nuestra vida y la mayor parte se enfrentarán a muchas. Cuando cada año elegimos el tema de la Thinking siempre pensamos primero en el problema al que irá dirigido el evento. Este año el tema era el paro, quedarse sin trabajo y tener que buscar otra salida profesional. Al mismo tiempo queríamos que el evento destilara un mensaje positivo, con ejemplos reales y con consejos basados en la experiencia real de los que ya lo han hecho. Ver cómo buscar en uno mismo las cualidades y habilidades que nos permitirán afrontar la siguiente etapa profesional.
Como organizador desvelaré algo más sobre cómo se organiza un evento como la Thinking que ha de combinar el pensamiento con el ambiente lúdico y relajado pues es la mejor manera de mantener la atención y el interés a los largo de casi 9 horas.
Primero pensamos, como siempre, en los ponentes estrella del día, los que marcarán el tono teórico del evento. Este año fue fácil. Mario Alonso Puig había escrito precisamente un libro con ese título: Reinventarse, tu segunda oportunidad y el otro surgió prácticamente a la vez, Luis Rojas Marcos con su experiencia como psiquiatra en Nueva York y escritor de libros relacionados, entre otras cosas, con la resiliencia y cómo superar la adversidad. Ambos nos ayudarían a dar comprensión a las principales ideas que enmarcan una reinvención personal y profesional.
Después venía la elección del resto de los ponentes. Este año pensamos que necesitábamos historias reales de reinvención contadas por sus protagonistas y así lanzamos una oferta en la Red para ser ponente en la Thinking. Ofrecíamos una formación express en comunicación durante el mes de junio con dos expertos, Juana Erice y Gonzalo Alvarez. La respuesta fue abrumadora, más de 135 propuestas que hubo que filtrar con la ayuda de un jurado de 10 personas. El resultado fueron 12 historias elegidas entre esa avalancha y que cumplían mejor que otras, las tres características que establecimos para valorarlas: tener alguna sorpresa o giro inusual en la historia; que hubiese una cierta distancia o salto entre la situación inicial y la final y, por último, que la historia no fuese tan excepcional como para que no pudiese ser considerada un modelo para su vida por muchas de las 250 personas que acudieron al evento y por los casi 4000 que lo siguieron en streaming en directo.
Pocas veces algo que uno diseña o imagina sale mejor que cuando lo pensó, y ésta, he de confesar fue, para mi una de esas raras ocasiones. El esfuerzo de ponentes y formadores y los nervios que pasaron para hacerlo bien, consiguieron que sus presentaciones fueran directas y que se realizaran todas con el foco en las necesidades de la audiencia, y todo en el corto espacio de 10 minutos que le dimos a cada uno. En todo momento quisimos transmitir la idea de que eso no iban a ser 12 historias de éxito sino 12 historias de lucha, que puede que todavía no hayan acabado bien o que todavía algunos de ellos tengan que luchar mucho para hacer de eso su modo de vida, no importa, lo que vimos en la Thinking el pasado viernes fue un tapiz de una docena de historias reales que tenían en común muchas cosas pero al menos tres son claras: ninguno se rindió ante las dificultades (y hubo muchas) y ninguno se quedó esperando; casi todos tuvieron que recurrir al apoyo de alguien cercano que fue decisivo en su cambio de trayectoria y todo pusieron mucha pasión en lo que emprendieron. Pasión y arriesgarse fueron las palabras que sobrevolaron toda la Thinking
En la preparación de los ponentes hubo un momento en que Gonzalo Alvarez les propuso examinar su historia pesonal, para contarla, a la luz del esquema clásico narrativo del “viaje del héroe” y pronto reconocieron todos en su vida los momentos recogidos en la primeras fases de este viaje: vida en su mundo (zona de confort), llamada a la aventura, rechazo de la llamada, encuentro con un mentor, cruce del umbral (salida de la zona de confort), hasta llegar al riesgo, la lucha, encuentro con aliados y enemigos y la recompensa final.
Como muchas de las historias no han acabado (en realidad ninguna historia acaba) y ellos siguen en el proceso de sacarlas a flote, usamos durante la formación la frase más famosa de la película Hotel Marigold como “lema secreto” de la Thinking entre los ponentes y nosotros. “Al final todo va a acabar bien y si no acaba bien es que todavía no es el final”. Creo que es una buena frase para tener presente en las dificultades y un buen cierre para este post.
¡¡Hasta la próxima Thinking Party!!