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Lo cierto es que los niños de la Generación Z ven vídeos en YouTube como nosotros veíamos la televisión. Para ellos es algo normal. Google se ha dado cuenta de esta tendencia, y quiere mejorar la oferta para los más pequeños de la casa lanzando YouTube Kids en España. Aún no está disponible, pero su estreno está previsto para mediados de julio.
YouTube Kids dio sus primeros pasos el año pasado, como una aplicación limitada a Estados Unidos, pero tuvo varias críticas: demasiados anuncios, y en su contenido abundaba la comida basura. Algo que en televisión difícilmente se hubiera emitido.
Pero, a pesar de estas críticas, este nuevo canal muestra una realidad que ya ha llegado para quedarse. La primera, que los padres quieren saber si sus hijos navegan o no por lugares seguros. La segunda, que los niños cada vez dependen más de Internet, y esto les hace ser un objetivo claro de las compañías. La red se está convirtiendo en un lugar de ocio, de entretenimiento y de educación, consiguiendo incluso desbancar a la televisión.
El cambio de hábitos de consumo
Los niños ven la televisión tradicional a través de los smartphones o tablets, es decir, consumen continuamente Internet. YouTube cada vez tiene más “peque-seguidores”. Solo hay que fijarse en los datos de las audiencias: son elevadisimas. Un claro ejemplo son los vídeos de YouTube con reproducciones masivas sin importar el contenido. A esto debemos sumar un estudio realizado por Warc que señala que dos de cada tres niños menores de 7 años tiene acceso ya a un dispositivo con Internet, como una tablet. Como contrapartida, la cifra de niños con televisión en la habitación está bajando.
Las pautas de comportamiento y de educación están cambiando, y los integrantes de la Generación Z reciben el primer móvil a los 10 años, cuando la anterior generación recibía su primer dispositivo a los 15. Por ello, los jóvenes de hoy en día acceden antes a la red. En paralelo a estos datos, destaca el hecho de que cada vez son menos los jóvenes que ven televisión y, como consecuencia, la programación infantil en la tele es cada vez más limitada. ¿Quién no ha estado en una sala de espera, en un supermercado o en un autobús con un niño jugando con el smartphone?
