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Algas que limpian aguas contaminadas por la minería

Científicos de la Universidad de Exeter exploran el potencial de las algas para eliminar residuos tóxicos de aguas industriales. Su estudio podría mitigar el impacto ambiental de la minería.

Desde los inicios de la Revolución Industrial, el ser humano se ha preguntado cómo podría mitigar o paliar el impacto medioambiental generado por su inevitable progreso económico. Y es que no hay actividad industrial que no lleve aparejada la producción de residuos. Ahora unos organismos vivos muy especiales, las algas, podrían esconder el secreto que llevábamos tanto tiempo buscando.

Su existencia nos recuerda a las tardes de playa en el verano, cuando nos encontrábamos con largas cintas entre las olas del mar. Estos seres vivos fotosintéticos, sin embargo, han resultado mucho más interesantes que como mera distracción para los bañistas en rincones costeros. Por ejemplo, diversas investigaciones han explorado su potencial para producir biocombustibles o fabricar bioplásticos completamente biodegradables.

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Depuradoras naturales para limpiar residuos tóxicos

Una reciente investigación, impulsada por científicos de la Universidad de Exeter, ha indagado el potencial de las algas como ‘depuradoras naturales’. Su estudio ha permitido comprobar cómo estos organismos son capaces de limpiar las aguas ácidas generadas por la industria minera.

Como si fueran una suerte de ‘barrenderos acuáticos’, los científicos probaron si diversas especies de algas podrían sobrevivir en la acidez de muestras de aguas de la zona de Cornualles. El objetivo no es otro que experimentar si estos organismos vivos son capaces de eliminar residuos tóxicos como el arsénico o el cadmio de las aguas residuales de estas zonas mineras.

Mike Allen, investigador del proyecto, explicó que «el problema de las aguas ácidas no se restringe sólo a esta región británica, sino que se trata de un caso global que afecta a todas las regiones mineras del mundo». Utilizar estos organismos vivos podría permitir contar con una solución asequible y efectiva para conseguir la biorremediación de estas zonas industriales.

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Esta aplicación biotecnológica reduciría el impacto ambiental de la actividad minera en regiones de todo el mundo, además de mejorar la salud de sus habitantes. El problema de la acidez de las aguas residuales de esta industria puede detectarse entre 2 y 5 años después de que comience la perforación minera.

En ocasiones, sin embargo, sus efectos perjudiciales sobre el medio ambiente no se determinan hasta décadas después, provocando que la contaminación y la toxicidad de las aguas se prolonguen durante centenares de años. Por esta razón, este estudio abre una nueva esperanza para que el progreso económico no siempre tenga que venir acompañado de daños medioambientales. Y es que el futuro parece cada vez más verde, gracias al uso de organismos vivos como estas algas.

Imágenes | Carol Stoker, NASA (Wikimedia), Miguel Ángel (Wikimedia), Pixabay

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