Buscando la mejor forma jurídica para montar una startup

¿Tienes una idea y quieres fundar tu propia empresa? Al comenzar tu proyecto es importante definir, entre otras cosas, qué relación tendrás con tus socios.

Toda aventura emprendedora comienza con una idea innovadora, y con suerte, termina convirtiéndose en una empresa exitosa. Una de las primeras dudas que les surge a los emprendedores a la hora de crear su startup es la forma jurídica que deben escoger. Tienen una idea de negocio, y la quieren llevar a cabo a través de una plataforma web o un establecimiento físico. Y es entonces cuando surgen los eternos dilemas. ¿Qué forma legal debería tener un negocio?

Existen muchos factores a considerar a la hora de elegir el tipo de sociedad: legales, fiscales, tipo de negocio y responsabilidad de los socios. A continuación os exponemos unas líneas básicas que os pueden servir como orientación para vuestro futuro proyecto.

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¿Es necesario constituir alguna sociedad o simplemente basta con darse de alta en el régimen de autónomo?

Pues bien, el trabajo como autónomo es perfectamente válido para un freelance, pero si lo que queremos es que nuestro proyecto esté impulsado por varias personas (socios) no es la mejor vía. Tampoco encajaría en dicho régimen si lo que necesitamos es inversión por parte de terceros. Y es que, esta modalidad no suele ser viable para una startup, ya sea por la financiación o por la forma de coemprendimiento.

En cualquier caso, tendrás que elegir bien y escoger con cuidado el tipo de sociedad, porque fundar una startup es como casarse en gananciales y tener un hijo a medias. Si de primeras no hay química, objetivos y valores comunes, es complicado que el proyecto llegue a buen puerto. Por tanto, una vez que decides comenzar con tus compañeros de viaje, podrías pensar en las formas más sencillas o económicas para fundar tu negocio. Sin embargo, la comunidad de bienes o la sociedad civil suelen ser desaconsejables para una startup, ya que no integran la participación de inversores.

Seguro que por tu cabecita de emprendedor también ha pasado la idea de comenzar con una cooperativa de trabajo asociado. En contraste, esta forma jurídica tiene como rasgo diferenciador que a la hora de adoptar acuerdos cada socio cooperativista tiene un voto con independencia de cuál sea su aportación de capital. Por tanto, el que ha aportado 30 millones de euros y el que ha aportado 5 euros tienen un voto cada uno. Obviamente, se trata de una circunstancia muy a tener en cuenta a la hora de establecer los acuerdos necesarios para llevar a cabo tu empresa.

¿Sociedad Anónima o Sociedad de Responsabilidad Limitada?

Tras la exclusión de todas las formas jurídicas anteriores, llegamos a las dos formas idóneas para constituir una startup: la sociedad anónima (SA) y la sociedad de responsabilidad limitada (SL). Ambas sociedades suponen un buen vehículo para llevar a lo más alto tu startup, tanto por la financiación por parte de terceros como en materia de reparto de participación. Pues bien, la elección de una u otra dependerá de las características concretas de tu proyecto.

La Sociedad Anónima ofrece como ventajas que no tiene un límite de accionistas, sus acciones pueden negociarse en bolsa, y además permite establecer un sistema de incentivos mediante stock options. Sí, esa remuneración consistente en ofrecer a tus empleados acciones sin coste alguno puede suponer una buena forma de incentivar el trabajo de los trabajadores.

Ventajas de la Sociedad de Responsabilidad Limitada

Como decía, a pesar de lo anterior, si tu idea de negocio no va a incluir a muchos socios, es recomendable constituir una Sociedad de Responsabilidad Limitada (SL). Este tipo de forma jurídica tiene un requerimiento menor de capital inicial (3000€ frente a los 60.000€ de una SA, en la que debe desembolsarse al menos un 25%) y una gestión social bastante más económica.

Si lo que te preocupa es que la Sociedad de Responsabilidad Limitada no pueda cotizar en bolsa, te diremos que si esta opción se te plantea en un futuro, nada impide que la SL pueda convertirse en una SA.

Es cierto que vemos en las noticias, casi diariamente, la cantidad de empresarios que han perdido todo su patrimonio porque su negocio ha quebrado. Sin embargo, si la sociedad no puede hacer frente a su pago, los socios solo responderán hasta el límite del capital aportado, es decir, podrán perder toda su aportación a la sociedad pero jamás se verá comprometido su patrimonio personal.

Diseña tus retos, objetivos y tus debilidades

¿Crees que ya estás listo para emprender? Si eres consciente de que una idea no vale nada sin una buena ejecución, ya has dado el primer paso para fundar tu propia startup.

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