coche autonomo

Crean un coche autónomo que se controla con un smartphone

Un equipo formado por estudiantes universitarios en Australia ha creado un vehículo que utiliza los sensores presentes en un smartphone para su conducción autónoma, la cual se puede controlar mediante un terminal de este tipo.

Hoy en día no es una novedad hablar de coches autónomos. Las tecnologías para hacer posible este tipo de vehículos son conocidas desde hace algunos años. Pese a la cristalización de algunos proyectos y la preparación de la legalidad para ajustarse a un futuro escenario donde proliferen estas máquinas, aún quedan asperezas que limar. La investigación en este campo continúa y no sólo en las grandes compañías, como demuestra el trabajo de un equipo de estudiantes australianos, que han desarrollado un coche autónomo controlado por un smartphone.

Uno de los tópicos futuristas habituales, los vehículos autónomos están saliendo poco a poco del terreno de la ciencia ficción para convertirse en realidad. Tanto es así que en Estados Unidos varios estados han aprobado legalmente el uso de estos coches, estableciendo un marco regulatorio en previsión a los conflictos que se podrían generar. El proyecto Google Cars tiene gran parte de responsabilidad en este progreso por su apoyo a la nueva ley, pero la multinacional no es la única interesada en este campo.

Marcas de fabricantes tradicionales como Mercedes Benz, Audi, Nissan o Toyota han desarrollado prototipos de coches autopilotados. De parte de los centros de investigación también llegan parte de los avances, como demostró la Universidad de Oxford en 2011, cuando lograron que un todoterreno Bowler Wildcat funcionara sin piloto. Pero algunos equipos de trabajo no cuentan con el presupuesto suficiente como para proyectar un vehículo completo, por lo que tienen que fijar su atención en la tecnología que lo rodea.

Esta perspectiva es la que han adoptado unos estudiantes de la Universidad de Griffith, cerca de la ciudad de Brisbane, en el estado de Queensland, en Australia. Su trabajo ha permitido crear un sistema de conducción autónoma que puede ser controlado por un smartphone. La investigación ha recibido el premio Queensland iAward, concedido a nivel estatal por el valor para la industria IT.

Un vehículo sencillo para desplegar la innovación

El prototipo creado por el equipo de estudiantes de la Universidad de Griffith tiene el tamaño de un coche para niños, una opción barata –algunas partes fueron construidas mediante impresión 3D– para poder dedicar el resto de sus recursos a la tecnología de conducción autónoma. La principal novedad que aporta la investigación es el uso de un smartphone como centro de control para dictar órdenes a la máquina.

Los investigadores han tomado la capacidad informática de un smartphone y la han combinado con los sensores que uno de estos terminales trae de serie, de tal manera que estos recursos prácticamente sean suficientes para controlar la dirección del coche. “Un vehículo autónomo habitual normalmente usaría una cámara, otro sensor diferente o un Ladar (sensor que mide la distancia proyectando luz y analizando el reflejo) en la parte superior. Pero la singularidad de este coche es que la mayoría de los sensores que se usan son del teléfono móvil”, explica Tommi Sullivan, uno de los participantes en el proyecto, especializado en tecnología de la información.

El trabajo simplifica la tecnología necesaria para poner en marcha un sistema de conducción autónoma y rebaja los requisitos hasta los niveles de un smartphone. El vehículo está equipado con sensores adicionales, pero la información que recogen de todos ellos se centraliza y despliega a través de software móvil. Así, un usuario puede dar indicaciones a su coche desde su dispositivo móvil, sin importar dónde se encuentre cada uno, siempre que exista una conexión entre los dos puntos.

“Nuestro objetivo final es implementar nuestro programa y conducir el coche en un entorno público; esperemos un día ver a la gente utilizar su smartphone para conducir sus coches en una situación de la vida real”, comenta otro de los estudiantes, Yukito Tsunoda, cuyo campo es la informática y los sistemas inteligentes. Está previsto que se hagan las primeras pruebas en carretera en el mes de agosto, en el campus de la Universidad de Grriffith.

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