Vehículos autónomos, el futuro de la conducción

Muchos conductores hemos asentido alguna vez con una leve sonrisa a la archiconocida pregunta con la que una conocida marca de automóviles cierra uno de sus anuncios publicitarios: ¿Te gusta conducir? Pero no para todo el mundo conducir supone un placer, sino más bien todo lo contrario. Hay quien piensa que perder dos o tres horas diarias desplazándose de A a B por motivos de trabajo o para atender obligaciones domésticas, supone una pérdida de tiempo importante, sobretodo en ciudades grandes con importantes problemas de tráfico en hora punta. Atascos, nervios, prisa por llegar a tu destino, problemas de aparcamiento, son solo algunos de los inconvenientes para miles de usuarios que utilizan su vehículo particular de forma diaria.

En este sentido, la industria del automóvil está centrando todos sus esfuerzos para convertir el acto de la conducción en un placer, apostando por la tecnología para fabricar coches cada vez más seguros, autónomos e inteligentes. Luces que se encienden de forma automática, limpiaparabrisas que se activan con sensores de lluvia, sistemas de aparcamiento automático, lectores de señales, etc. Aplicaciones que permiten al usuario centrar su atención en la carretera en los desplazamientos habituales, pero que en cualquier caso no resuelven la problemática del tiempo invertido en la conducción por la gran ciudad y la falta de concentración por agentes externos.

Coches autónomos

Por tanto, no es de extrañar que el paso lógico en la evolución de la industria automovilística sea la apuesta por tecnologías orientadas hacia sistemas de conducción autónoma. Sistemas donde el coche es quien se controla a sí mismo, relegando al conductor a un segundo plano. Es decir, la interacción entre el usuario y el coche se limita a sentarse en el asiento e indicar punto de destino y hora de llegada.

Google ya desarrolló un prototipo de este sistema con varias unidades del Toyota Prius y con un Audi TT que resultaron ser bastante satisfactorias. El sistema equipado con videocámaras, sensores de radar y tecnología láser, circularon por el estado de California durante 200.000 kilómetros sin ningún problema. Para ello se realizó un mapeado previo de California que posteriormente fue procesado por los data centers de Google, para obtener un mapa cartográfico detallado de la zona que permitiera monitorizar el desplazamiento del vehículo geolocalizando su posición vía satélite.

Según Google, la puesta en marcha de esta tecnología permitiría mejorar la seguridad vial en los desplazamientos urbanos e interurbanos, permitiendo la intercomunicación entre vehículos para saber en todo momento por donde va cada uno de ellos, la velocidad a la que circula o en que punto realizará un cambio de dirección.

¿Cuál es el futuro de la tecnología autónoma?

Carlos Ghosn, CEO de la compañía automovilística Nissan, anunció recientemente en el Salón del Automóvil de Detroit que lo que en principio fue un experimento de Google podrá ser toda una realidad a finales de esta década. Muchas empresas del sector automovilístico están trabajando en la incorporación de software de navegación inteligente basado en sistemas de geolocalización a través de mapas cartográficos digitales cada vez más precisos, por tanto el salto a la comercialización de vehículos con sistemas de conducción automática podría ser una realidad a partir del año 2020.

Para Ghosn, la optimización del tiempo invertido en los desplazamientos diarios o el interés de la población por conservar su movilidad e independencia a medida que envejecen, es posiblemente una de las razones con mayor peso que garantizarán el éxito del futuro de los vehículos autónomos.

Pero también es cierto que, para que esta tecnología sea viable, es necesario adaptar el medio para compatibilizar las infraestructuras y servicios de la ciudad con la puesta en marcha de estos sistemas. Hay que pensar también que la introducción de estos vehículos será de forma gradual y mientras tanto, se deberán compatibilizar el uso de vehículos autónomos con los vehículos convencionales existentes.

A pesar de que ya existen marcos legales en California y Nevada que regularizan y permiten la circulación de este tipo de vehículos en determinadas vías de circulación, es necesario cumplir una lista previa de requisitos para obtener la matrícula roja que identifica el vehículo como autónomo.  Además, disponer de un vehículo de este tipo no eximirá al conductor de la obtención del carnet de conducir reglamentario.

En cualquier caso, la implementación de estos sistemas de conducción autónoma tiene especial interés dentro del marco tecnológico de las smart cities. Estos entornos convenientemente adaptados facilitarían la integración de este tipo de sistemas de desplazamiento por la ciudad. Como ya hemos comentado en un artículo anterior, ya existen plataformas de interoperabilidad que permiten gestionar y monitorizar servicios urbanos como la evolución del tráfico y los servicios de transporte público. Por tanto, se podría llegar a optimizar la fluidez en las grandes vías de una forma segura para el usuario, evitando atascos y aumentando la velocidad media de los desplazamientos.

Un caso práctico de aplicación de este sistema sería, la posibilidad de introducir sensores de presencia 3D que permitan reducir la siniestralidad, sobre todo en adelantamientos o cambios bruscos de dirección por obstáculos en la carretera. Acciones como bloquear la acción de adelantamiento al detectar la presencia de un vehículo próximo en sentido contrario, detener el vehículo frente a una señal de stop o adaptar la velocidad de nuestro vehículo a la del vehículo que tenemos delante, son solo algunas de las aplicaciones prácticas de este sistema.

Sin duda alguna, la generalización de los sistemas de conducción automática podría transformar radicalmente la concepción del acto de la conducción. Pero si con ello conseguimos aumentar la seguridad y optimizar nuestro tiempo durante el desplazamiento, bien atendiendo una llamada importante, bien contestando a un correo de última hora, bienvenido sea.

Llegado el caso, cabría preguntarse eso de… ¿Ahora te gusta conducir?

Imágenes | Flickr (by Melissa, by jurvetson)

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