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El disco duro más pequeño hasta la fecha escribe la información átomo a átomo

Científicos diseñan el disco duro más pequeño del mundo, que logra escribir la información átomo a átomo. Un paso más para almacenar más datos en menos espacio.

Cada día se generan millones y millones de datos de información. Para conseguir almacenarlo todo, es fundamental contar con plataformas que ocupen el menor espacio posible. Científicos de la Universidad de Delft han llevado este reto hasta el extremo: han diseñado el disco duro más pequeño construido hasta la fecha que logra escribir la información átomo a átomo.

Su logro ha permitido que esta reducción alcance tamaños mínimos. Y lo han hecho depositando átomos de cloro sobre una superficie de cobre, creando así un disco duro de 1 kilobyte de memoria, en el que cada bit está representado por la posición de un átomo de cloro. Esta densidad, según el investigador Sander Otte, permitiría almacenar todos los libros publicados hasta la fecha en el tamaño de un sello postal. O, en otras palabras, guardar los datos de la Biblioteca Nacional del Congreso de Estados Unidos en 0,1 milímetros cúbicos.

Los resultados, publicados en la revista Nature Nanotechnology, desafían también los postulados de Richard Feynman, el físico que anticipó el futuro. En una de sus famosas clases en Caltech, el docente explicó que «había mucho sitio al fondo», la expresión traducida del inglés con la que planteó la llegada de la nanotecnología. La construcción de este pequeño disco duro, en el que el microscopio de efecto túnel se aplica para desplazar los átomos, muestra que es posible almacenar más datos en menos espacio.

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La propuesta, de acuerdo con los científicos de Delft, abre nuevas esperanzas por su prometedora estabilidad y escalabilidad. Sin embargo, la tecnología diseñada no llegará todavía a los datacenters. La razón es que, al menos de momento, el disco duro sólo funciona bien en condiciones de vacío y bajo temperaturas de 77 K. Con este importante avance, dicen los investigadores, estamos un poco más cerca de que estas memorias sean una realidad en nuestro día a día.

Según Steven Erwis, la densidad conseguida es dos o tres veces el orden de magnitud que presentaba la tecnología actual del disco duro. Es decir, el trabajo supone un paso adelante para conseguir memorias que puedan reescribirse con una gran densidad de información. Almacenar más en menos espacio, el resumen que serviría para difundir este novedoso disco duro, sigue contando con otro desafío añadido: mejorar los tiempos de escritura de la memoria. Erwis señala que siguen siendo algo lentos, ya que se tardan entre uno o dos minutos en leer un «bloque», mientras que el tiempo es de diez minutos para escribir los datos átomo a átomo en este disco duro.

Imágenes | Blickpixel (Pixabay)

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