Fotorrealismo en videojuegos

El futuro de los videojuegos: el fotorrealismo

El fotorrealismo en videojuegos es una tendencia que poco a poco se va instalando en los títulos técnicamente más avanzados.

Hace mucho tiempo que el sector gamer depende de las tarjetas gráficas para desplegar todo su potencial. Y es que presentar unas imágenes atractivas al usuario es una forma de diferenciarse de la competencia, feroz en este mercado. La meta de los desarrolladores hoy en día es el fotorrealismo en videojuegos. Se trata de recrear de la manera más precisa posible la realidad. Y no es fácil, porque hay que tener en cuenta todos los matices que contiene una fotografía para intentar trasladarlos a la animación.

Ni que decir tiene, el fotorrealismo en videojuegos cuenta con otro reto: el movimiento. Las animaciones no solo tienen que parecer reales de forma estática, cuando los personajes se mueven o los escenarios cambian también tienen que mantener el tono. Anteriormente los desarrolladores se preocupaban por construir sofisticados entornos en 3D, mientras que ahora se crean grupos de objetos simulados que reaccionan a las acciones de los personajes.

El concepto de bloque se diluye, por tanto, para dar lugar a una división que favorece la sensación de realidad. Las escenas de destrucción son unas de las más representativas de muchos videojuegos modernos y en ellas participan esta división por grupos. En un artículo de The Guardian comentan los avances del fotorrealismo en videojuegos y citan a Red Faction o Far Cry como ejemplos de títulos que despliegan destrucción relegada a áreas específicas.

Estos detalles se logran gracias a los avances en cálculos en tiempo real de las tarjetas gráficas y de los motores de juegos 3D. El desarrollo de videojuegos está yendo hacia un tipo de renderización en la que cuentan las cualidades de los tejidos y de los materiales que forman a los personajes y a los escenarios. Se trata de intentar que las imágenes parezcan naturales y para ello se está teniendo que modificar e incluso renovar de arriba abajo los algoritmos.

Existen muchos detalles importantes a la hora de aplicar el fotorrealismo en videojuegos. La luz es uno de ellos. Hoy en día se puede simular la interacción entre la luz y los objetos, proyectar sombras cambiantes y brillos caprichosos, lo que implica simular cómo se refleja y se emiten los rayos lumínicos. Antes sencillamente había luz y esta afectaba al escenario y al personaje de forma más o menos homogénea.

Fotorrealismo en videojuegos

El diseño de las personas también es una cuestión compleja. El efecto que tiene la luz sobre la piel resulta muy complicado de programar, pues hay que tener en cuenta que la luminosidad se absorbe, se extiende y aporta diferentes tonalidades de color. El cabello también presenta problemas, pues se necesita que el conjunto simule la apariencia de miles de pelos (un aspecto que cuida la última versión de Tomb Raider), no de un casco de plástico. Para nota quedan los ojos. La mirada es crucial para desplegar el fotorrealismo en videojuegos, el reflejo de la luz en las pupilas junto con la animación facial constituyen el camino para proporcionar inteligencia emocional a los personajes. Una cualidad que aún queda lejos del alcance.

 

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