La inteligencia artificial es cada vez más avanzada

¿Quedarán los humanos obsoletos dentro de poco?

Estás rodeado de robots. Hay miles de millones y están a tu alrededor. Aunque nunca te hayas parado a pensarlo. Quizá no mires a un cajero automático como si fuera uno de ellos. Pero lo es. Y cada día que pasa hay más. Es la evolución imparable de la inteligencia artificial

“Hoy mucha gente tiene en sus hogares robots sencillos que aspiran el polvo de sus alfombras. También hay robots que son guardias de seguridad y patrullan los edificios por la noche, robots que son guías y otros que trabajan en las fábricas (…). En las próximas décadas, el campo de la robótica florecerá en distintas direcciones, aunque los robots no tendrán el aspecto de los de ciencia ficción”, escribe el científico Michio Kaku en su libro La física del futuro. “En un tiempo los robots llegarán a ser tan sofisticados que parecerán casi humanos y operarán aparentemente con matices, gran complejidad y perfección”.

Pero desde hoy hasta que eso ocurra el mundo se llenará de pantallas con las que podremos mantener una conversación a través de Internet. Al otro lado podría estar el rostro de un robot médico o un robot abogado. Estas tecnologías se conocen como sistemas expertos y Kaku las describe como “programas informáticos que tienen codificadas en su interior la sabiduría y la experiencia del ser humano”.

Michio Kaku - inteligencia artificial

El divulgador científico estadounidense cree que de aquí a 2030 la inteligencia artificial evolucionará sobre todo en medicina. La atención sanitaria básica se encenderá al pulsar un botón. En la pantalla aparecerá un robot médico al gusto del usuario, que previamente habrá configurado su aspecto y personalidad. El médico le hará preguntas del tipo: “¿cómo se encuentra? ¿Tiene alguna molestia? ¿Cuándo empezó el dolor?”. El paciente escogerá entre una serie de respuestas y el robot, con toda la información, acudirá a una base de datos inmensa para establecer un diagnóstico.

“Ese robot analizará también la información que le suministren el cuarto de baño, las prendas de vestir y los muebles. Todos estos objetos y lugares estarán provistos de unos chips de ADN que monitorizarán constantemente nuestra salud”, escribe el tecnólogo. “También podrá pedir al paciente que se explore con un escáner y la información obtenida será analizada por unos superordenadores. (…) Si el problema es grave, el robot médico recomendará al paciente que acuda al hospital”.

RP6 - inteligencia artificial

Esta idea se basa en uno de los robot-enfermera que ya se utiliza en algunos hospitales, como el UCLA Medical Center de EEUU. Esta máquina, llamada RP-6, está formada por un ordenador móvil, con una pantalla, que se desplaza mediante rodillos. En el monitor muestra a un doctor real mediante videoconferencia. El doctor, a su vez, puede ver al enfermo o la zona de su cuerpo convaleciente mediante la cámara del RP-6 y escuchar su voz a través de un micrófono. “El médico puede mover el robot por control remoto mediante una palanca, ejercer una interacción con los pacientes, controlar la administración de medicamentos…”.

El desarrollo de estas tecnologías médicas dependerá mucho de las investigaciones y los productos japoneses. El país nipón es uno de los líderes en este campo por el envejecimiento de la población y la ausencia de inmigración joven que pueda ofrecer asistencia a las personas mayores. El cuidado de los ancianos, cada vez más, está en manos robóticas.

La presencia de robots irá creciendo notablemente conforme avance este siglo. Y si ahora apenas los vemos, entonces serán aún más invisibles, según Kaku, porque la mayoría no tendrán aspecto humano. “No estarán a la vista o irán disfrazados de serpientes, insectos y arañas, y realizarán tareas desagradables pero cruciales”, escribe. “Serán robots modulares, que podrán cambiar de forma según la tarea que realicen”.

Entre ellos estarán los robots cirujanos, cocineros y músicos. Una máquina cirujana puede llegar a ser mucho más precisa que un humano, según Kaku. ¿Un ejemplo? “Para una intervención cardíaca de bypass coronario, la cirugía tradicional requiere una incisión de unos 30 centímetros en el pecho. Abrir la cavidad torácica aumenta el riesgo de infección y la duración del periodo de recuperación del paciente. Además, provoca un dolor intenso durante el proceso de cicatrización y deja una cicatriz desfigurante. El sistema robótico Da Vinci, en cambio, está dotado de cuatro brazos, uno para manipular una videocámara y tres para realizar cirugía de precisión. En vez de hacer una larga incisión en el tórax, sólo realiza varias incisiones muy pequeñas en el costado. Sólo en 2006 se realizaron 48.000 operaciones con este robot”.

 

Aisei - inteligencia artificial

Los robots también están entrando en la cocina. En Japón hay un chef construido por la compañía Aisei que puede cocinar unos tallarines en sólo un minuto y cuarenta segundos. Este cocinero tampoco tiene apariencia humana. Sólo tiene dos grandes brazos robóticos que emergen de la encimera de la cocina.

También en Japón hay robots que tocan instrumentos musicales. No como lo hacían los pianos mecánicos del siglo pasado. Ahora lo hacen imitando las posturas de un músico humano. Esto es lo que ha hecho Toyota con su robot violinista. “Aunque su música no llega todavía al nivel de un violinista de conciertos, es suficientemente bueno para entretener a la audiencia”, indica el tecnólogo.

Además hay un robot flautista. Lo crearon en la Universidad de Waseda, en Japón, y está dotado de unas cámaras huecas en su tórax, imitando a unos pulmones que soplan aire a través de una flauta. Estos robots, por el momento, son sólo intérpretes. Aún no existirán máquinas capaces de componer como lo hicieran Mozart o Wagner.

Y entonces, allá por 2050, algunos robots transmitirán emociones. Kaku prevé que será fácil programar un bot para que imite sensaciones humanas y provoquen emociones en las personas. “Estos robots emotivos acabarán entrando en nuestros hogares. (…) A mediados de siglo habrán llegado posiblemente a tener la inteligencia de un perro o un gato. Al igual que los animales de compañía, mostrarán un vínculo emocional con su amo y no será fácil abandonarlos. No se podrá hablar con ellos en un lenguaje coloquial, pero entenderán ciertos comandos programados”. Un ejemplo, creado hace más de diez años, es el perro AIBO de Sony.

La inteligencia artificial siempre ha ido más lenta de lo deseado. Las proyecciones siempre han sido demasiado optimistas. Pero, de acuerdo con Kaku, esta vez, la carrera de la robótica va más lanzada que nunca. Tanto que, en su libro, se llega a plantear: “¿Llegarán los humanos a quedar obsoletos dentro de poco?”.

Imagen DSTL UNR

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