carga inalámbrica de coches eléctricos

La carga inalámbrica de coches eléctricos está un poco más cerca con este avance

Un trabajo procedente de la Universidad de Stanford ha superado uno de los problemas clásicos con la carga inalámbrica de coches eléctricos.

Convertir las carreteras en unas alfombras repletas de electricidad es una de las ambiciones de los fabricantes de coches eléctricos. Y es que este sector solo se puede desarrollar realmente si logra adaptarse al hábito creado por los vehículos tradicionales. Esto incluye el repostar gasolina en cinco minutos y contar con una autonomía de cientos de kilómetros. Lo cierto es que las costumbres de los conductores y de los pasajeros son difíciles de cambiar.

De momento, los coches eléctricos no prometen estos tiempos y ni esa autonomía. Y por mucho que se avance en baterías, la solución definitiva parece lejana. En este contexto la carga mediante carreteras inalámbricas puede ser una alternati va.

Hay muchos experimentos al respecto pero pocos tienen visos comerciales, exceptuando tal vez el trabajo de ElectRoad. Pero esto puede cambiar. Un equipo de científicos de la Universidad de Stanford ha resuelto uno de los grandes impedimentos para la carga inalámbrica.

La carga inalámbrica se produce habitualmente por acoplamiento inductivo resonante. El sistema consiste en una bobina de alambre colocada entre dos imanes. La electricidad se mueve a través del metal conductor y crea un campo magnético oscilante. Este provoca que los electrones en una bobina de alambre cercana también oscilen. De esta forma se produce una transferencia inalámbrica entre ambas bobinas.

carga inalámbrica de coches eléctricos

El problema es que el flujo de electricidad depende de algunos aspectos concretos. La frecuencia y el ángulo de disposición de las bobinas influyen y, si alguna de las dos están en movimiento, estos parámetros son más difíciles de controlar. Para una transferencia eficiente normalmente los elementos se ajustan manualmente y de forma constante. Lo que han logrado los científicos de Stanford es eliminar esta necesidad.

Han sustituido la fuente de radiofrecuencia del elemento transmisor por un amplificador de voltaje comercial. Este sistema es capaz de averiguar automáticamente la frecuencia necesaria para cada distancia. De esta forma, la carga inalámbrica no pierde eficiencia a medida que el coche avanza.

Por el momento, los científicos han probado su método a pequeña escala. Tan solo han transferido electricidad a una bombilla LED, pero la idea es aumentar la potencia. Queda mucho aún para que la cantidad de energía sea significativa para un coche eléctrico, pero el avance abre una vía de investigación para resolver uno de los problemas que tienen los eléctricos hoy en día.

Imágenes: Tay.Freder, bthomso

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