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París quiere ser verde en 2050

París se plantea el ambicioso objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono para el año 2050, a través de la renovación energética y métodos de construcción más sostenibles. Además, la capital francesa proyecta la posibilidad de convertirse en ciudad inteligente para ese mismo año.

La protección del medio ambiente es una de las cuestiones prioritarias que el hombre debe hacer frente en la actualidad. Las consecuencias del cambio climático empiezan a manifestarse en el entorno, y asuntos como la calidad del aire, el clima urbano y la eficiencia energética necesitan la atención capital de los órganos políticos de todo el mundo. Cada vez más ciudades presentan sus planes de gobierno alrededor del principio de la sostenibilidad y proponen medidas para que en un futuro los índices de contaminación ya no supongan una preocupación primordial.

Neutralidad en carbono para 2050

Ahora, París, la ciudad de la luz, se plantea el ambicioso objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono para el año 2050. La idea nace a raíz de un estudio encargado a la asesora francesa Elioth por la alcaldía parisina, en el que si bien esboza esta posibilidad, también se aclara la necesidad de actuar cuanto antes y de forma eficaz para alcanzar dicha meta. La capital francesa pretende así obtener una visión imparcial de la cuestión para contribuir a planear las futuras políticas, que logren la transición a una ciudad de bajo contenido de carbono.

Para la consecución de este objetivo se recomiendan una serie de medidas centradas en la renovación energética y métodos de construcción más sostenibles. Por ejemplo, el estudio explica la necesidad de intervenir en el problema del tráfico rodado y la rehabilitación de miles de viviendas para mejorar su eficiencia energética, así como la importancia de colocar paneles fotovoltaicos en los tejados y triplicar el uso de madera como material de construcción. También se proponen métodos de financiación, como la entrega de préstamos de ayuda del gobierno y la posible participación de terceros. Asimismo, se valoran alternativas como la domótica y los contadores inteligentes, todavía requeridos de avances y generalización. El estudio concluye explicando que el objetivo planteado es razonable si se trabaja duro por él.

Por su parte, la asociación Negawatt, formada por expertos del sector energético, también ha realizado su propio estudio en el que se proponen políticas energéticas para alcanzar el mismo objetivo dentro del marco del Acuerdo de París: la neutralidad en carbono para 2050. El informe apunta a la sobriedad, la eficiencia energética y la energía renovable, aplicando un enfoque integral recurriendo a tecnologías maduras como la eólica y fotovoltaica. Conforme al estudio, un país abastecido exclusivamente por fuentes renovables necesitaría políticas ecológicas tales como el transporte verde, el reciclaje de residuos, la rehabilitación energética de edificios y el empleo de materiales más sostenibles para su construcción.

París, Smart City 2050

Para 2050 París también se plantea otro objetivo igual de ambicioso: el de convertirse en ciudad inteligente. El proyecto 2050 Smart City nace de la mano del arquitecto Vincent Callebaut, que quiere desarrollar un nuevo paisaje urbano en la capital francesa compuesto por grandes torres residenciales capaces de producir su propia electricidad mediante celdas solares y escudos térmicos. En concreto se trata de ocho edificaciones de alta eficiencia en zonas emblemáticas, que reducirían las emisiones contaminantes de los gases de efecto invernadero en hasta un 75% para esa fecha. La propuesta concibe desde jardines suspendidos en las fachadas de los edificios hasta puentes-torre sobre el río Sena para generar energía hidráulica.

Representación de París en el proyecto “2050 Smart City” del arquitecto Vincent Callebaut

No obstante, la más beneficiosa de las innovaciones que se proyectan en este plan es el sistema de torres “Antismog”, unos enormes edificios verticales que filtrarían la contaminación formada por el “esmog”, anglicismo que la RAE define como niebla mezclada con humo y partículas en suspensión. Estas construcciones dispondrían además de viviendas asentadas en zonas verdes, lo que reduciría significativamente su impacto en el suelo. Además, el proyecto propone introducir la revolucionaria tecnología fitoluz que genera energía y proporciona iluminación al mismo tiempo.

De esta manera, se ilustra la voluntad de una de las capitales más importantes del mundo por cuidar su entorno a través de la innovación y las posibilidades que ofrece la tecnología. Puede que, a raíz del ejemplo parisino el resto del planeta empiece a contemplar la evolución hacia el modelo de ciudad verde, de modo que en un futuro estos planes sean la realidad.

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