biología sintética

Programar células vivas, el próximo reto de la tecnología

Gigantes tecnológicos como Microsoft, Intel o Autodesk han empezado a invertir en proyectos de biología sintética. ¿Cuál es el futuro de esta investigación?

El origen de la biología sintética -considerada por muchos como la próxima revolución científica- data de 1961. En aquel año, los investigadores Jacques L. Monod y François Jacob descubrieron que existían circuitos reguladores que determinaban la respuesta de una célula a las condiciones del ambiente.

Gracias a su trabajo, la ciencia comenzó a vislumbrar un futuro donde fuera posible ensamblar nuevos sistemas y circuitos regulatorios. Ya no sólo sería posible modificar células y organismos mediante la ingeniería genética. Podríamos ir un paso más allá: crear de la nada sistemas nunca vistos en la naturaleza con nuevas y revolucionarias aplicaciones.

Computación en el interior de una célula viva

Durante la última década, la investigación en biología sintética ha crecido exponencialmente. Hemos podido, por ejemplo, diseñar transistores dentro de una bacteria que nos acercan a la computación en células vivas. En un futuro próximo podríamos hacer que funciones biológicas puedan ser procesadas mediante operaciones lógicas.

biología sintética

Los avances en biología sintética podrían lograr grandes beneficios para la medicina. Ensamblar ‘piezas de Lego’ a nivel biológico nos ayudaría a desarrollar nuevas vacunas o fármacos como la artemisina, un medicamento que sirve para tratar la malaria.

La ingeniería vuelve la vista a la biología

Las promesas que brinda la investigación en biología sintética no pasan desapercibidas. Grandes gigantes de la tecnología, como Microsoft, Intel o Autodesk, están comenzando a prestar atención a este campo. ¿Pasaremos de la computación basada en chips de silicio a programar células vivas?

Autodesk, por ejemplo, ha invertido en el proyecto Cyborg, una plataforma de computación en la nube que busca revolucionar por completo el diseño de organismos vivos. La compañía responsable del software CAD quiere ahora implementar herramientas bio-CAD que transformen la I+D+i.

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Si Autodesk se plantea digitalizar la vida, Intel quiere hacer lo propio con la investigación. ¿Podríamos realizar o seguir estudios científicos desde máquinas inteligentes? La idea que hay detrás del Smart Wet Lab es lograr que la investigación sea más reproducible y eficaz.

Ambas iniciativas destacan el silencioso protagonismo de la biología sintética. Pero tal vez el proyecto más innovador sea el de Microsoft, que quiere transformar la forma en la que entendemos las células vivas. Con su simulador Genetic Engineering of Cells (GEC), el gigante tecnológico pretende ‘romper’ los procesos celulares en interacciones básicas. Es decir, el objetivo de Microsoft es trasladar el concepto de modularidad a los componentes biológicos de nuestras células.

biología sintética

Si las piezas de un organismo forman el todo, alterar, cambiar y transformar estos elementos puede permitirnos crear nuevas funciones en las células o seres vivos. Esa es la gran finalidad que se esconde detrás de la biología sintética. El interés despertado en estas compañías es sinónimo del potencial que existe en esta disciplina científica.

Imágenes | Mattosaurus (Wikimedia), Lothar Schermelleh (Wikimedia), Microsoft, Autodesk

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