Xiaomingbot, un bot programado para escribir noticias, brindó a la web Toutiao unos 40 artículos por día durante la celebración de los Juegos Olímpicos. La calidad fue buena, pero los usuarios reclaman menos robotización del texto.
La inteligencia artificial, o simplemente el software dedicado, se emplea desde hace tiempo para cubrir noticias financieras. La razón es sencilla: sólo cambian ciertas cifras de una vez a otra en apartados como ingresos, beneficios, precio de venta medio, etc. Yendo más allá, hemos visto cómo empleando inteligencia artificial también se pueden escribir novelas que compiten en concursos. En este sentido, los Juegos Olímpicos de Río nos dejan la noticia de que un bot ha escrito 450 artículos durante los 15 días del evento.
Desde hace algún tiempo, en la industria se intuye que el momento de sustituir a periodistas por bots está próximo, y los recortes presupuestarios ayudan a acelerar este proceso. Está claro que hay noticias, crónicas y perfiles que una máquina está lejos de poder cubrir, pero, siempre que haya patrones, puede existir automatización.
Con esto en mente, el buscador chino Toutiao comenzó a utilizar el bot Xiaomingbot desarrollado de manera conjunta con la Universidad de Pekín. El resultado ha sido conseguir entre 30 y 40 artículos por día, escritos gracias a la datos en tiempo real ofrecidos por la base de datos de los Juegos. La extensión de esos artículos solía ser de unas 100 palabras, las necesarias para informar sobre finales de deportes y los ganadores de medalla. No obstante, llegó a escribir uno de 821 palabras.
En cuanto a la calidad de las noticias, se considera que en general fue buena, aunque no estuvieron exentas de fallos. Pese a estar bien escritas, muchos usuarios consideraron que las noticias generadas era muy robóticas, al ofrecer sólo datos cuantitativos como la duración de los eventos, los marcadores, la asistencia o el lugar ocupado en el ranking por los distintos jugadores.
El Washington Post apostó por un software similar, pero no era tan potente y su utilización consistía más en una prueba que en la sustitución del trabajo de reporteros. Xiaomingbot ha conseguido que los responsables confíen en él, aunque siempre le han dado la autoría del trabajo para que se entendiera que no había un humano detrás.