Ya han pasado cinco años desde que el superordenador creado por IBM venciera a dos contrincantes humanos en el popular concurso estadounidense Jeopardy! Ahora, este hito de la inteligencia artificial ha sido introducido en un robot que no solo responde a todo lo que se le pregunte, sino que también se mueve a placer.
Foto: Hilton
Durante tres días del lejano febrero de 2011, la última y revolucionaria creación de IBM fue puesta a prueba ante los ojos de todo el mundo: su superordenador Watson se enfrentaba a dos humanos en el concurso televisivo estadounidense Jeopardy! para demostrar sus capacidades. Y venció.
A lo largo del siguiente lustro la inteligencia artificial de IBM, bautizada como Watson en honor al fundador de la compañía, ha hecho de todo: ha sido utilizada en investigaciones médicas, para frenar ciberataques, ha diseñado cervezas con sabores de lo más disparatados, hay quien ha utilizado sus capacidades para analizar a los personajes de Juego de tronos e incluso entusiastas que desean que Watson se presente a las próximas elecciones estadounidenses.
Sin embargo, en todo este tiempo, Watson no era más que un software, una cantidad ingente de datos almacenados en un equipo gigante. El propio sistema bucea en esa maraña de información para buscar y encontrar la respuesta a las preguntas que se le plantean, a golpe de aprendizaje natural.
Foto: Wikimedia Commons
Ahora Watson tiene cuerpo. Por fin, IBM ha decidido implantar su famosa inteligencia artificial en un robot para mostrarle al mundo cuán humana puede llegar a parecer su creación gracias a la tecnología. Sucedió en la conferencia organizada por la compañía NVIDIA, GPU. Sobre el escenario, Rob High, uno de los responsables de Watson en IBM. Fue entonces cuando la inteligencia artificial pudo verse por primera vez ocupando el cuerpo de un robot.
Se trataba de Nao, el robot de la compañía francesa Aldebaran Robotics que mide apenas 58 centímetros y pesa poco más de 4 kilos. Con este aspecto físico, Watson apareció en un vídeo presentado por High. En él, el robot mantenía una conversación en la que respondía a diferentes preguntas, pero de una forma nueva: tal y como lo haría un humano.
Así, la fusión entre Watson y Nao dio lugar a un robot que no solo respondía mediante el habla, sino que también gesticulaba acompañando a sus propias palabras. Además, el robot asombró al público replicando, gracias a la información proporcionada por Watson, los movimientos del famoso Gangnam Style, la canción del rapero surcoreano PSY.
El propio High señaló durante la conferencia que ese es el siguiente paso de la inteligencia artificial: obtener información como el estado de ánimo en base a los movimientos de los seres humanos para analizar sus palabras y, además, aprender de forma natural ese lenguaje de gestos. “Hay una conexión natural entre la inteligencia artificial y su encarnación a través de la robótica”, explicó High en la charla.
Esta unión entre el superordenador de IBM y el robot de Alderaban Robotics no ha sido algo puntual para presentarle al mundo cómo se comportaría Watson en el cuerpo de un humanoide, sino que la compañía ya ha experimentado más allá en la búsqueda incansable de usos prácticos para su inteligencia artificial.
Sin ir más lejos, Watson vive dentro de Nao en un hotel de Virginia, el Hilton McLean. Allí no recibe ninguno de esos dos nombres, sino que lo han bautizado como Connie, en honor a Conrad Hilton, fundador de la cadena hotelera.
https://www.youtube.com/watch?v=jC0I08qt5VU
Gracias a los conocimientos de la inteligencia artificial de IBM, Connie es utilizado en la recepción para informar a los huéspedes sobre cualquier tipo de duda que tengan respecto a los atractivos turísticos locales, los restaurantes de la zona o cualquier otro servicio.
Como cualquier sistema de inteligencia artificial moderno, este robot cuyo cerebro no es sino la API de Watson aprenderá más cuantos más clientes hablen con él. Será así como se adapte y mejore aún más sus recomendaciones. Pero, además de todo ello, el big data también podrá ser utilizado por el hotel: al tener acceso a las preguntas recibidas por Connie, podrá mejorar la experiencia de sus huéspedes durante su estancia. «Queremos reimaginar toda la experiencia de viaje para que sea más inteligente, más fácil y más agradable para los clientes», explica Jonathan Wilson, vicepresidente de la cadena Hilton.
Este es el primer uso de un robot cuyo cerebro no es otro que Watson, y la primera ocasión en que el superordenador se mete en el papel de un empleado de carne y hueso. Pero seguramente será solo el principio: la inteligencia artificial ha comenzado a encarnarse en humanoides que pronto estarán dispuestos a hacer de todo para nosotros y que siempre tendrán una respuesta a la altura.