En la ciudad china de Jinan se está construyendo la segunda carretera solar en el país asiático, que se ha puesto serio en este ámbito.
Son dos kilómetros de extensión nada más. Pero el tramo de carretera solar que se está construyendo en la ciudad de Jinan, en la parte oriental de China, señala claramente un camino. El país ha comenzado a explorar esta vía para absorber la energía del sol.
Esta infraestructura de prueba es la segunda que se construye en el país asiático. La primera también se encuentra en la misma ciudad de Jinan. Fueron 660 metros cuadrados de calzada que se tardaron en construir 10 meses. En este caso se puede observar la forma característica de los paneles fotovoltaicos en el suelo. No sucede igual con el segundo tramo de carretera solar, que está a punto de terminarse.
En el nuevo segmento de carretera solar parece más discreto, por lo que se puede intuir en las fotos. Aunque lo cierto es que aún no ha sido inaugurado. A falta de completar la instalación eléctrica y la conexión a la red, la infraestructura comenzará a utilizarse pronto. Consiste en tres capas. La más superficial es de cemento transparente , que permite a los rayos del sol llegar a los paneles.
La segunda de las capas aloja a los paneles solares, que al mismo tiempo están protegidos y accesibles a la luz del sol. En cuanto a la capa de base, se trata de un revestimiento sólido para evitar que las placas estén en contacto con la tierra. De esta forma se aísla a los paneles, con el fin de preservar su tecnología de la humedad y otros agentes que pueden resultar perjudiciales.
La idea de esta carretera solar es que los coches eléctricos puedan cargarse inalámbricamente en el futuro. Esta tecnología, ya disponible en los móviles, requiere de cierta complejidad, pues ha de adaptarse a la circulación. Sin embargo, es una de las ambiciones en el ámbito de la movilidad eléctrica y, en general, de un nuevo modelo energético que trata de ser más sostenible.
El nuevo tramo construido en Jinan tiene suficiente solidez como para que pasen camiones de tamaño medio. Así se quiere demostrar que las carreteras solares pueden soportar niveles de circulación comparables a los que habitualmente tienen las calles.
Ni que decir tiene, Chi na no es el único país donde se ha comenzado a explorar esta tecnología. En Francia ya hay al menos un tramo de este tipo de carretera construido y el gobierno ha anunciado su voluntad de crear un segmento de 1.000 kilómetros de largo. Mientras que en Estados Unidos hay varios proyectos que investigan la construcción de infraestructuras de este tipo.