Cada vez son más los países que se unen a la carrera por limpiar la basura espacial, una tarea nada sencilla y muy cercana a la ciencia ficción.
Desde que se inició la carrera espacial a mediados del siglo XX, el ser humano ha dejado su huella espacial en forma de desechos. Con el primer lanzamiento con éxito por parte la URSS en 1957 del Sputnik 1, las diversas organizaciones se centraron en llegar al espacio. Pero, por lo visto, no se habían planteado las consecuencias que el modelo espacial tendría a la larga. Hasta nuestro pequeño satélite tiene los restos que dejó tras de sí el primer viaje de Neil Armstrong a la Luna, y parece que seguirán ahí por un tiempo.
Un total de 6.000 lanzamientos se han realizado a lo largo de la historia. Y, aunque a todos nos viene a la mente la NASA cuando hablamos del espacio, es Rusia la que lidera el ranking con un 57% de los lanzamientos, si contamos los realizados durante la época en la que aún existía la URSS.
Actualmente, la cantidad de desechos espaciales asciende a 8.000 toneladas de objetos flotando alrededor de nuestro planeta azul. Objetos que no se descomponen o flotan hacia el espacio exterior y con los que la ISS ya ha tenido que lidiar. En 2009, los tripulantes de la estación vieron cómo el objeto 25090 PAM-D se aproximaba a estos, obligando a los pasajeros a tomar medidas para una posible colisión.
La última solución viene de mano la Agencia Espacial China, cuya propuesta parece sacada del universo Star Wars. El gigante asiático propone destruir la basura espacial creando una estación láser que se encargaría de los pequeños restos que se quedan orbitando. Por otro lado, aunque parezca una broma, este movimiento ha provocado a algunos gobiernos, y acusan a China de una posible maniobra para crear un arma láser que controlarían desde el espacio. Un movimiento más cercano a Darth Vader y su Estrella de la Muerte.
Pero, ¿qué consecuencias puede tener para nuestro planeta la basura del espacio?
No hay ningún estudio que determine las consecuencias a la larga para nuestra atmósfera de todos esos trozos de cohetes flotando sin rumbo alguno. Algunas teorías apuntan a un posible aumento de la temperatura de la Tierra. Actualmente, la empresa del magnate Elon Musk, y su proyecto SpaceX, busca la forma de viajar al espacio exterior con un cohete construido con piezas reutilizadas de otros lanzamientos. De esta manera se volvería a dar un uso a la cantidad de desechos que genera un lanzamiento. Sin embargo, no soluciona nuestro problema en lo referente a la basura espacial.
Países como Estados Unidos o Japón han realizado diversas propuestas. Ejercicios teóricos que, en su planteamiento, parecían ser la respuesta a nuestros problemas, pero que resultaron ser todo un fiasco. Aunque en el campo de la ciencia todo fallo es un paso más para encontrar la respuesta a nuestro problema. Un problema del que, para sorpresa de muchos, se encargan de observar desde España, concretamente, desde Castilla-La Mancha.
Ahora queda comprobar si este nuevo proyecto chino funciona en la práctica o se une a la lista de ensayos junto a otros consistentes en cómo utilizar la basura espacial como combustible, o en la idea de Japón de emplear redes magnéticas para atrapar la basura. Muchas ideas, en su momento descabelladas, se han llevado a cabo este último par de siglos. Y ahora, gran parte de ellas forman parte de nuestra vida diaria. Tendremos que esperar a ver si este nuevo intento tiene éxito.