La energía eólica instalada en el mundo creció un 12,4% en 2016, hasta situarse en 486.749 MW, según datos del Global Wind Energy Council (GWEC). A la cabeza mundial se encuentran China, Estados Unidos, Alemania, India y España: los primeros productores mundiales.
Cuba, enfrascado de lleno en un cambio energético, aspira a convertirse en uno de los líderes mundiales en implementación de energías renovables. El deseo y el compromiso de la isla caribeña es el de satisfacer sus demandas energéticas con fuentes renovables como el viento, el agua o la luz solar. Eso sí, con una fecha considerable: el año 2050.
En ese camino hacia la total autosuficiencia renovable, el país presidido por Raúl Castro planea producir alrededor del 24% de su consumo total de energía mediante fuentes renovables para el año 2030. Un objetivo muy ambicioso, y quizá utópico, ya que a partir de 2006 la isla solo ha generado el 4,3% de su energía total mediante renovables.
Buscando ese ambicioso resultado, la paradisíaca isla ya se ha puesto a trabajar. De este modo, se ha aprobado un proyecto para la construcción de un gigantesco complejo compuesto por dos parques eólicos. Bajo los nombres de “La Herradura 1” y “La Herradura 2”, estos dos parques ubicados en la provincia de Las Tunas, a unos 600 km de La Habana, generarán unos 101 mw de energía, que alimentarán al sistema eléctrico nacional. Pero este es solo el comienzo del ambicioso plan.
Lo curioso del proyecto es que detrás están dos compañías chinas, experimentadas en este tipo de acciones. Se trata de Goldwind Science and Technology Co., proveedor global de turbinas eólicas, y Dongfang Electric Corporation, una firma especializada en energías renovables y alta tecnología.
Como parte del proyecto, La Herradura 1 estará equipada con 34 aerogeneradores Goldwind de 65 metros de altura, con tres palas de 37 metros, que generarán 1,5 MW de potencia distribuidos en cinco circuitos.
Por su parte, La Herradura 2 contará con 20 turbinas eólicas Dongfang de 2,5 MW cada una, que aportarán un total de 50 MW a la red eléctrica de Cuba.
Según Miguel Casi, funcionario de la Unión Eléctrica de Cuba, “el primer parque eólico ahorrará a Cuba casi 40.000 toneladas de combustible al año, y evitará que se liberen a la atmósfera cerca de 130.000 toneladas de dióxido de carbono.
Además, casi asegura que «estimamos que el segundo parque eólico podría ahorrar 39,000 toneladas de combustible al año, además de 127,000 toneladas de CO2«. Desde el gobierno cubano aseguran que el objetivo es tener al menos un circuito en funcionamiento a finales de este 2018.
Hoy por hoy Cuba cuenta con más de 9.300 molinos de viento y 20 generadores distribuidos en los cuatro parques eólicos existentes en el país, ubicados en la provincia central de Ciego de Ávila, en la sureña Isla de la Juventud y en la provincia nororiental de Holguín.
La capacidad total instalada y operando actualmente es de 11.7 MW; una cifra que coloca a Cuba en el puesto 69 a nivel mundial en adaptación de energía eólica.
Continuando con su compromiso en este ámbito, La Habana es estos días anfitriona del foro titulado “Energías renovables Cuba 2018”, en el que se muestran oportunidades de negocio en el país insular en el sector de las energías alternativas. Un foro en el que el país espera la llegada y el diálogo con potenciales inversionistas extranjeros. Un foro que reúne a más de 50 empresas de 13 países, incluida una gran representación de empresas chinas.
Veremos si ese propósito de adiós definitivo al combustible llega más pronto que tarde.
