Científicos descubren un planeta con características de la Tierra y Mercurio

Un estudio recientemente publicado en la revista Nature Astronomy ha demostrado que el planeta K2-229b, situado a unos 340 años luz de la Tierra, tiene un tamaño parecido al nuestro aunque su composición es similar a la de Mercurio. Asimismo, este planeta orbita una estrella parecida al Sol tanto en temperatura como en edad.

La humanidad lleva décadas pensando en el futuro de las especies para cuando la Tierra deje de ser un lugar habitable. Aunque hay indicios de satélites que potencialmente podrían alojar vida orgánica, hacen falta muchas investigaciones para certificar estas suposiciones. En ocasiones, estas investigaciones han terminado dando con la existencia de exoplanetas, que aunque no alberguen vida de ninguna clase, sí que permiten comprender mejor la formación de los planetas.

En este sentido, un estudio recientemente publicado en la revista Nature Astronomy ha demostrado que el planeta K2-229b, situado a unos 340 años luz de la Tierra, tiene un tamaño parecido al de nuestro planeta y que su composición es similar a la de Mercurio. Asimismo, K2-229b orbita una estrella parecida al Sol tanto en temperatura como en edad.

El estudio detalla que el planeta en cuestión se encuentra más cerca de esta estrella de lo que está Mercurio de nuestro Sol, y que su temperatura durante el día puede llegar a alcanzar los 2.000 grados centígrados; mientras que en Mercurio las máximas rondan los 430ºC. La conclusión que sacan los autores del descubrimiento es que los planetas parecidos a Mercurio son más comunes de lo que se pensaba hasta ahora.

Mercurio es el planeta rocoso más pequeño de nuestro sistema solar y se diferencia del resto por su riqueza en metales. Mientras que Venus, la Tierra y Marte tienen aproximadamente un 30% de núcleo metálico y un 70% de manto de silicatos; Mercurio tiene estos porcentajes invertidos.

Mundos rocosos muy diferentes entre sí

La incógnita es por qué estos mundos rocosos cuentan con tantas diferencias entre sí. Los científicos sugieren que o bien el planeta se formó con esa singular composición, o bien ha ido evolucionando como consecuencia de la pérdida de parte de su manto. Los autores del estudio también proponen que la proximidad con su estrella podría haber provocado que la el manto se volatilizara y se formara una atmósfera de vapores de silicatos. Asimismo, se valora la posibilidad de que haya sufrido el impacto de asteroides de gran tamaño.

Este descubrimiento supone un paso más en el conocimiento astronómico. La ciencia descubre planetas a años luz de la Tierra, y sin embargo, nos permiten conocer mejor la composición de nuestro mundo.

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