Tras realizar las primeras pruebas con ganado, Livestock Labs intenta popularizar implantes que mejoren las capacidades humanas.
Como si se tratase de un extracto de la novela «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?» de Phillip K. Dick, Tim Cannon está dispuesto a desafiar a la ciencia con las primeras «vacas cíborg» de la historia mediante sensores y rastreadores subcutáneos que identifiquen al animal y resulten menos molestos para él.
Ahora, a través de un dispositivo llamado EmbediVet, la startup Livestock Labs de Tim Cannon ha logrado obtener datos relevantes sobre el estado vital del ganado bovino. El objetivo parece evidente, que la IA ayude a los agricultores a conocer mejor, y más fácilmente, la alimentación y salud de sus animales.
La empresa cuenta con cerca de 1,7 millones de euros en fondos iniciales del grupo de la industria ganadera de Australia, Meat & Livestock Australia, y fondos adicionales de inversores individuales de EE.UU.
Cannon, su creador, probó por primera vez estos dispositivos mejorándose quirúrgicamente en 2010 al ver un vídeo del biohacker escocés Lepht Anonym. Durante años, Cannon y su equipo fabricaron varios sensores, incluido un dispositivo llamado Circadia, que comprendía un termómetro y luces LED que brillaban debajo de la piel.
Posteriormente, Cannon intentó vender los implantes sin éxito ni inversores, pero aquella idea del «superhumano» -mitad androide, mitad ser vivo- no terminó de convencer a nadie, y pronto se percató de los desafíos normativos a los que se enfrentaba. Sin embargo, Cannon no terminó arruinado ya que confiaba en las enormes posibilidades de su invento.
Fue entonces cuando el hacker Meow-Ludo Disco Gama Meow-Meow contactó a Cannon para proponerle una idea: mudarse a Sídney, dejar atrás su casa en Pittsburgh, y volver a elaborar el sensor Circadia desde cero para implantarlo en animales de granja bajo el nombre de EmbediVet.
Este sensor está cubierto por una resina transparente con un procesador ARM, Bluetooth, así como un termómetro, un acelerómetro, un monitor de ritmo cardíaco y un oxímetro de pulso para medir la frecuencia cardíaca.
Kerry Rood, profesor asociado de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Utah en Estados Unidos, fue uno de los pioneros en probar las ventajas del invento de Cannon.
Por su parte, el profesor asociado de Ciencia Animal en la Universidad Estatal de Oklahoma (EE. UU.) Ryan Reuter reseñó que: «Todo lo que se implanta en las vacas debe ser lo suficientemente resistente como para soportar el abuso o los golpes del día a día.
Además del proyecto en curso con la Universidad Estatal de Utah, Livestock Labs está programado para llevar a cabo ensayos de investigación con otras dos universidades en Australia, la Universidad Charles Sturt y la Universidad de Nueva Inglaterra. Cannon estima que EmbediVet estará disponible en una prueba beta pública el próximo mes de marzo.
Fuente: MIT Review, Ryan O’Shea / Wikimedia Commons/Resized