Una nueva droga para prevenir la radiación cósmica en el cerebro

La NASA y SpaceX planean enviar humanos al planeta rojo, pero deben proteger a los astronautas de la peligrosa radiación cósmica del espacio mediante el PLX5622, un fármaco que inhibe una molécula del receptor celular llamado CSF1R.

Todos los objetos del Cosmos emiten algún tipo de radiación. Cuando los astronautas viajan fuera del anillo protector del campo magnético de nuestro planeta están sujetos a una radiación cósmica 1.000 veces más alta que la que enfrentamos aquí en la Tierra. Ahora, una nueva droga nos permitirá viajar libremente por el espacio reduciendo y previniendo los efectos nocivos de la radiación sobre nuestro organismo.

El laboratorio de Susanna Rosi, PhD y neurocientífica de UCSF, ha identificado el primer tratamiento potencial para reducir el daño cerebral causado por la exposición a rayos cósmicos. Karen Krukowski, coautora del estudio e investigadora postdoctoral en el laboratorio de Rosi, ha declarado que: «La NASA está muy interesada en encontrar formas de garantizar la seguridad de los astronautas y el éxito de la misión durante los viajes espaciales».

Los experimentos se llevaron a cabo en en el Laboratorio Nacional Brookhaven, Nueva York. Para ello se ha realizado una prueba que consistía en experimentar con ratones durante 15 días y suministrarles PLX5622, un medicamento producido por la compañía farmacéutica Plexxikon, Inc.. Este fármaco inhibe una molécula del receptor celular llamado CSF1R. Después de administrar la droga, este ha logrado efectos positivos a largo plazo: durante un periodo de tres meses, los ratones no tratados mostraron signos de pérdida de memoria, mientras que los que recibieron el medicamento se comportaron con normalidad.

Los investigadores examinaron los cerebros de los animales y mostraron que, si bien los cerebros de los ratones no tratados estaban llenos de microglia activada y habían perdido un número significativo de sinapsis, los cerebros de los ratones tratados parecían normales. La teoría sostiene que al obligar al cerebro a reemplazar la microglía irritable y expuesta a la radiación por una microglía nueva y saludable, la droga ha permitido a los animales evitar las consecuencias por la radiación.

Uso histórico de medicamentos para evitar el deterioro físico en el espacio

Sin embargo, no es la primera vez que se consumen o se hacen pruebas con medicamentos destinados a viajes interestelares. Los daños que puede producir un vuelo espacial son prácticamente irreparables: altera la fisiología humana, provoca pérdida de musculatura y masa ósea, se desregula el sistema inmunitario, y se producen cambios en el tracto gastrointestinal y las enzimas metabólicas. Así como alergias, mareos espaciales, dolor y congestión sinusal.

Un ejemplo evidente es la utilización de zolpidem, un fármaco empleado en las misiones para facilitar el sueño de los viajeros. Como contrapartida, el Centro Espacial Johnson determinó que en el entorno espacial, la radiación, las vibraciones, la microgravedad; así como un ambiente rico en dióxido de carbono y las variaciones en la humedad y la temperatura, afectan a la efectividad de las drogas.

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