Desde su aparición, esta tecnología ha encontrado su espacio en campos como el de la educación, el diseño industrial, el aeroespacial o el automovilístico, así como en ingeniería, arquitectura y construcción, joyería o calzado, entre otros.
La idea de la impresión en tres dimensiones nació en un laboratorio durante la década de los 80. Charles W. Hull, padre de esta nueva invención, había logrado idear un método de estereolitografía, una tecnología láser que emplea una resina líquida sensible a la luz UV, para crear modelos 3D.
El creador de la impresión 3D nació el 12 de mayo de 1939 en Clifton, Colorado. Sus primeros años los pasó en Clifton y Gateway, y se graduó de Central High School en Grand Junction. Hull recibió una licenciatura en Física de la Ingeniería de la Universidad de Colorado en 1961.
Tras años de dedicación a su campo de estudio, logró imprimir una pequeña taza negra que supuso el primer paso para mejorar el tedioso proceso de creación de pequeñas piezas de plástico en el diseño de prototipos involucrados en la prueba de nuevos elementos.
Cuando se emitió la primera patente, Hull sabía que quería comercializarla. El presidente de su empresa le dijo que no tenían suficiente dinero para hacerlo, así que sugirió comenzar una nueva compañía para reunir nuevo capital. Así nació la impresión 3D y la empresa de su creador, 3D Systems, del que es cofundador, vicepresidente ejecutivo y director de tecnología.
Tras buscar financiación y consumidores del producto, consigue el presupuesto necesario, y en 1988 lanza la primera versión comercial de la tecnología, pero tendrían que pasar otros 30 años antes de que su invención realmente despegara. Esta tecnología fue acogida por sectores como el aeroespacial, salud y automotriz que incorporaron la impresora 3D en sus procesos productivos, mostrando la funcionalidad y eficiencia de la invención de Hull.
Desde su aparición, esta tecnología ha encontrado su espacio en campos como el de la educación, el diseño industrial, la industria aeroespacial, el sector automovilístico, la ingeniería, la arquitectura y la construcción, la joyería y el calzado entre muchos otros. Empresas como General Motors y Mercedes-Benz pronto comenzaron a utilizar la tecnología de 3D Systems para construir y probar prototipos, ya que les ahorraba meses en el proceso de diseño.
En 2014, Hull recibió el premio reservado a países no europeos en la gala celebrada en Berlín por la Oficina Europea de Patentes para reconocer a los inventores. Entre algunos de sus logros destaca el Premio Jacquard del Numérico
Controls Society por su invención y comercialización de estereolitografía, o el Premio Rank de 1995, presentado por The Rank Foundation en Londres.
Hoy, Hull cuenta con más de 100 patentes a su nombre, y gracias a la existencia de la tecnología open source se ha garantizado que los costes de fabricación y los límites de uso útil de su máquina se reduzcan.