Samsung inaugurará en los próximos meses una nueva tendencia, la de los smartphones plegables, pero, ¿tendrán algún uso que modifique la experiencia?
El mundo de los smartphones no cambia de manera fundamental desde 2007, cuando Apple presentó el iPhone y modificó la industria para siempre. Desde entonces ocurre como con los coches, existe innovación anualmente, pero el fondo se mantiene. Se reducen los marcos, se amplía la autonomía, se mejora la velocidad, sí. Pero el smartphone continúa siendo smartphone. Lo que puede cambiarlo de nuevo, aunque no a ese nivel, es la flexibilidad de pantallas o baterías. Samsung parece ser la primera en querer aunar todo ello en una nueva tendencia: los smartphones plegables o flexibles.
Desde que en 2011 presentara las pantallas OLED flexibles, los rumores sobre smartphones plegables y enrollables se han sucedido sin que eso significara una llegada próxima de esos terminales al mercado. Hasta ahora, ya que recientemente DJ Koh, máximo dirigente de la división móvil de Samsung, ha puesto fecha para la llegada de los smartphones plegables, encabezada por el rumoreado Samsung Galaxy X: la segunda mitad de 2018 o comienzos de 2019. Se habla de un lanzamiento en el Consumer Electronics Show de Las Vegas en enero de 2019.
DJ Koh también ha dicho que, sea lo que sea que acaben lanzando, «tendrá sentido comercial y para el usuario final». No estaríamos, por tanto, ante otro de los famosos experimentos de la factoría surcoreana, como los protagonizados por el Samsung Galaxy Note Edge, el Samsung Galaxy Round o el Samsung Galaxy Beam. Esos modelos fueron los primeros en apostar por curvas o incluso integrar un picoproyector.
El punto importante de los smartphones plegables será el aprovechamiento del espacio. Lo que estas pantallas flexibles y estirables posibilitan es comprimirse en espacio, de manera que podría llegar un terminal que tenga una pantalla de 5″, pero que, al expandirse al máximo, cuente con un panel de 7″ reales, por ejemplo, lo que nos acercaría a una tablet en algo que cabe en nuestro bolsillo.
Más allá de esto, Samsung ofrece en sus patentes usos que no son especialmente atractivos, como hemos visto en anteriores intentos en pantallas curvas. Que los smartphones plegables lleguen sólo para permitir funciones extra en una parte de la pantalla, para mostrar widgets, no es todo lo convincente que podría necesitarse para desembolsar las grandes cantidades de dinero que, a buen seguro, pedirá cada compañía para adquirir los productos. En tecnología se ha demostrado que poder actuar no debería implicar actuar sin rumbo, por lo que para esta vez esperamos refinamiento, tras tantos años de rumores.